París. El español Rafael Nadal afronta el reto de levantar su noveno triunfo en Roland Garros, que se inicia esta mañana, tras una temporada de tierra batida llena de sombras, en las que el número uno del mundo pareció menos convincente de lo habitual.
El español no ha dominado con la soltura habitual la temporada de tierra batida y llega al momento cumbre con más dudas de las normales, con un único triunfo en esa superficie en Europa y habiendo caído en dos ocasiones lejos de la gran final.
Solo el hecho de que Nadal domina Roland Garros, donde nada más cedió una derrota en 82 duelos, la que en 2009 le propinó el sueco Robin Soderling, mantienen al número uno del mundo con el cartel de principal favorito.
Los prolegómenos hacen pensar que Nadal tendrá que mejorar mucho para levantar un noveno triunfo, el décimo cuarto Grand Slam de su carrera, que le igualaría con el gran Peter Sampras, a tres de Roger Federer.
En total, Nadal se presenta en París con tres derrotas en tierra batida, algo que hacía diez años que no registraba la hoja de servicios del español.
Si supera todos los obstáculos, su teórico rival por el título sería, como en 2012, Djokovic, un duelo que hace recordar las semifinales del año pasado, uno de los partidos más intensos de la historia del torneo, que se resolvió en un agónico 9-7 en el quinto set.
El tenista serbio Novak Djokovic sueña con integrar la nómina reducida de los jugadores que tienen todos los grandes en sus vitrinas. Eso lo lograron Andre Agassi, Don Budge, Roy Emerson, Roger Federer, Rod Laver, Rafael Nadal y Fred Perry.