Maricruz Camacho demuestra que sí se puede hacer ciclismo pese a su vida ajetreada

La ciclista Maricruz Camacho, del equipo Colono Bikestation Kölbi, es una de las novatas en la Vuelta Femenina. Ella es ejemplo de cómo dividir el tiempo entre ser mamá, trabajar como fisioterapeuta y entrenar

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El ciclismo siempre ha estado presente en la vida de Maricruz Camacho, quien apoyó a su hermano mayor, Luis Camacho, también ciclista, y formó una familia con Pablo Mudarra, otro pedalista nacional, con quien tiene tres hijos.

Sin embargo, fue hasta junio pasado cuando Maricruz decidió entrenar de manera más formal y comenzar a competir en eventos nacionales. Finalmente, tomó la decisión de participar en la Vuelta Ciclística Femenina, que comenzará este jueves 12 de octubre y finalizará el domingo 15 de octubre.

Maricruz, de 32 años, es parte del equipo Colono Bikestation Kölbi y llega como subcampeona de la Vuelta Femenina Kibelix, quinta en el Campeonato Nacional de Ruta y segunda en la Gran Fondo de Guanacaste, en la categoría máster. Aspira a competir de la mejor manera y darlo todo por su equipo.

“El ciclismo está en la sangre de mi familia. Mi papá, quien falleció hace siete años, siempre apoyó a mi hermano Luis en sus competencias nacionales e internacionales, y yo siempre lo acompañaba para darle asistencia y motivación. Siempre tuve el deseo de andar en bicicleta, pero nunca llegué a competir”, recordó Maricruz.

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“Después vino el proceso de formar una familia con Pablo (Mudarra). Desde hace 10 años, tenemos a nuestros hijos Theo, Luca y Santiago, y al final no me involucré completamente en el ciclismo. Nos dedicamos a apoyar a Luis; mi papá era su admirador número uno, y a mi esposo Pablo, a quien también admiro mucho”, añadió.

Maricruz recordó que siempre tuvo bicicletas de montaña y de ruta; solía salir a rodar ocasionalmente, aunque nunca imaginó que finalmente cumpliría su sueño de competir.

“A veces ponemos excusas cuando no estamos completamente comprometidos con un proyecto. No era constante y salía de vez en cuando. Antes de tener a mi primer hijo, salía a rodar un poco más, pero no tenía un plan de entrenamiento y no salía todos los días”, recordó Camacho.

Sin embargo, a principios de este año, su esposo Pablo Mudarra la convenció de entrenar más intensamente y de establecer objetivos. Fue entonces cuando decidió participar en diferentes eventos, aunque también debía preparar a su familia para el desafío.

“Empezamos a entrenar más en serio y a competir. No había experimentado la preparación para una carrera y tener que organizar la agenda de mis hijos, mi esposo y mi trabajo. Esta es la primera vez que dejo a mis hijos por tantos días. Además, es mi primera Vuelta Femenina y también la primera vez que los dejo solos con su papá en Monteverde, quien está cuidándolos”, confesó Maricruz.

“Siempre tuve el deseo de competir en ciclismo. Además, establecer metas nos mantiene enfocados. A veces, si entrenamos y no participamos en carreras, no tenemos una meta ni la obligación de entrenar y ser constantes. Comencé en la categoría máster y decidimos participar en la Vuelta Ciclística Femenina también”, indicó.

Maricruz Camacho entre cuidar a sus hijos y entrenar

La ciclista comentó que se turnan para cuidar a los hijos durante los entrenamientos. Incluso su esposo Pablo Mudarra, quien también es su entrenador, se encarga de cuidar a Theo, de solo dos años, para que ella pueda cumplir con el plan de entrenamiento.

Cuando ella regresa a casa, se hace cargo de las tareas domésticas, mientras su pareja se dedica al entrenamiento. Se organizan y dividen las responsabilidades para cumplir con los roles de padres de familia y atletas.

“Ser mamá y ciclista es un desafío diario. Corremos todos los días para poder entrenar, a veces madrugamos. Salimos cuando podemos, cuando encontramos tiempo entre las responsabilidades del hogar, ya que debo llevar a los niños a la escuela. Además, tengo que cumplir con mis deberes como terapeuta física. No es fácil, pero nos sentimos orgullosos de poder hacerlo”, explicó Maricruz.

Participar en la Vuelta Ciclística Femenina es un reto que Maricruz se planteó, contando con los consejos de su esposo y entrenador para superar los cuatro exigentes días.

“Desde el principio, Pablo me ha dicho que hay que aprender a sufrir para tener buen desempeño en las competencias. En el ciclismo, se sufre todos los días. Si uno se queda atrás en el pelotón, debe tener paciencia y mentalizarse para poder regresar al grupo. Es una competencia muy mental donde se necesita mantener la calma”, aseguró Maricruz.

La orgullosa madre y ciclista confesó que todas las mujeres deben fijarse metas y tener confianza en que pueden lograr lo que se proponen.

“Les diría a todas las mujeres que desean competir, que son madres y que deben superar obstáculos, que sí se puede. Muchas veces, en la vida diaria, no encontramos tiempo para entrenar ni para hacer nuestras cosas personales, pero deben pensar que sí se puede. Tengo tres hijos, mi esposo, mi trabajo, pero siempre encuentro la manera de competir y sé que todas podemos hacerlo”, dijo Maricruz.

“A las mamás que se están involucrando en el ciclismo les digo que sí se puede, que es cuestión de organizarse. La experiencia de ser madre nos ayuda a madurar y a comprender muchas cosas que, a la larga, nos benefician en un deporte como el ciclismo. Nos brinda experiencias que podemos aplicar durante las carreras”, subrayó.