Los focos de atención en Río 2016 pasan de Michael Phelps a Usain Bolt

El Tiburón de Baltimore busca una presea más, el hombre más rápido del mundo ya hace de las suyas

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Barra da Tijuca

En los Juegos Olímpicos se respira deporte, se habla de deporte y se vive el deporte.

Desde el arranque de las justas, los focos de atención estaban puestos sobre un estadounidense Michael Phelps que agrandó su leyenda y que hasta este momento añadió 4 preseas de oro (relevo 4x200 metros libre; 200 metros mariposa, relevo 4x100 metros libre y 200 metros combinado) y una plata en los 100 metros mariposa.

Su cofre parece ser una bóveda, con 22 oros, tres platas y dos bronces que ha acumulado con sus participaciones en Atenas 2004, Pekín 2008, Londres 2012 y Río de Janeiro 2016.

A falta de un evento por nadar, el Tiburón de Baltimore no defraudó y ahora le pasa la estafeta de figura mediática a un Usain Bolt que es el rey de la velocidad a nivel mundial.

La diferencia entre ellos, al menos en estos juegos, radica en que mientras que al nadador le tocó actuar en una instalación dentro del Parque Olímpico en Barra da Tijuca, al jamaiquino le corresponde derrochar su velocidad un poco más lejos del sitio donde se conglomera la mayor cantidad de aficionados provenientes de todas las partes del mundo.

Bolt ya corrió en el Estadio Joąo Havelange, ubicado a unos 40 minutos del Parque Olímpico y prácticamente avanzó caminando a las semifinales de los 100 metros planos con 10.07.

La expectativa se centra en ver si el hombre más rápido del mundo bate nuevamente su récord olímpico, porque hace cuatro años implantó una marca de 9.63 y este mismo "extraterrestre" fijó en 2009 el récord mundial en 9.58.

Bolt se siente como en casa, disfruta la batucada, cada vez que puede se anima a bailar samba rodeado de garotas, pero a la hora de entrar a la pista es otro, es ese hombre imbatible, que al igual que Phelps, trata de vivir al máximo sus últimos Juegos Olímpicos.

Este domingo, Bolt correrá tanto la semifinal como la final de los 100 metros y difícilmente alguien se atreva a pensar que no se colgará el oro.

Bolt empieza a hacer de las suyas; mientras que Michael Phelps se lanzará a la piscina por última vez en unos Juegos Olímpicos, porque a partir de las 8:03 p. m. (hora de Costa Rica) nadará el relevo 4x100 combinado.

Y mientras eso pasa, muchos brasileños se olvidan de sus problemas políticos, económicos y sociales, contagiándose de la fiebre del deporte que invade a Río de Janeiro.

No importan los precios, el Parque Olímpico siempre pasa a reventar.