Las mujeres ticas que se enamoraron del fútbol americano

Este año se realizará el segundo torneo de damas de este deporte en el país

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Laura Hernández es una apasionada de los New England Patriots, de la NFL. Hace unos años dos desconocidas se le acercaron mientras veía un partido en un bar y la invitaron a formar parte de su equipo de fútbol americano.

“Llegué a un entrenamiento de noche y de ahí me enamoré”, recuerda Hernández, quien es una de las 18 integrantes de las Goddeses (Diosas), uno de los tres equipos de fútbol americano femenino que disputarán, a partir de setiembre, el segundo torneo nacional de esa disciplina.

En el equipo hay auxiliares contables, desarrolladoras de eventos y consultoras. Sin embargo, los domingos las profesiones no importan, lo principal es ponerse el casco y las hombreras y entregarse de lleno al deporte, al fútbol americano.

El encuentro semanal dura alrededor de dos horas y se da en una de las canchas de La Sabana.

“Creo que falta dar a conocer el deporte, en Costa Rica mucha gente no sabe que se juega fútbol americano femenino. A mí me tocó el año pasado jugar el primer torneo oficial y fue una sensación superchiva”, explicó Hernández.

Además de las Goddeses, en la segunda edición del torneo, que empieza el 8 setiembre, participarán las Valquirias y Flames.

Las jugadoras no ocultan que al inicio el fútbol americano da la impresión de ser un deporte muy rudo, pero con el paso de los entrenamientos el desarrollo de la técnica las llena de confianza para desenvolverse en el campo.

“Cuando vine me asuste al ver a las chicas con las protecciones, con los cascos se ven demasiado rudas. Conforme fui entrenando vi que hay mucha técnica, mucha dedicación, poco a poco te va gustando”, comenta Aymara Reyes, quien practica fútbol americano desde hace cuatro años.

Reyes es la prueba viviente del cambio que menciona. Ella pasó de sorprenderse en el primer entrenamiento a jugar la posición más importante de este deporte: mariscal de campo.

“Yo no era mariscal de campo, era corredora. Este equipo es de mucho movimiento de chicas y nos quedamos sin mariscal, no sabía lanzar. Me preguntaron si quería aprender y me empezaron a enseñar”, añadió Reyes.

Una familia

A como hay jugadoras con más experiencia, como Hernández y Reyes, también están las que apenas hacen sus primeras armas, como Kimberling Rojas de 28 años.

“Lo que me han dicho siempre es que estoy loca y que ando buscando cosas fuera de lo normal. Yo vi la página de las chicas y les escribí. La que me atendió fue muy simpática y me dijo que viniera, cuando uno llega aquí es como una familia”, detalló Rojas.

Rojas tiene la ilusión de que el torneo empiece para poder representar a las Goddesses en un deporte que nunca pensó que practicaría.

Entrenador norteamericano

Las Goddesses son entrenadas por el exjugador de fútbol americano Danny Monney, quien tuvo experiencia con los Bulldogs, de la liga masculina en nuestro país.

Monney nació en Estados Unidos y de ahí aprendió de esta disciplina. El entrenador saca de su tiempo para entrenar a este equipo femenino por puro amor, pues no recibe ningún tipo de remuneración económica.

“Se ha hecho un gran trabajo en traer mujeres a este deporte. El fútbol americano les da posibilidades para desarrollar un poco las habilidades que tienen. La idea es que aprendan algo nuevo”, dijo Monney.

Inclusive, el entrenador es quien aporta la mayor parte de los implementos deportivos que utilizan en partidos y entrenamientos.

Los partidos de la liga de fútbol americano femenino se juegan en canchas de fútbol que adaptan para este deporte. En la primera edición utilizaron el estadio Coyella Fonseca de Guadalupe, el Nicolás Macís de Escazú, la cancha de Llano Grande de Cartago, el Centro de Recreación de Empleados de la Municipalidad de San José y la cancha de Recope.