La verdadera tortura del Giro de Italia comienza este martes con la etapa reina

Este martes será un día épico, rompepiernas, que se convertirá en uno de los exámenes más fuertes para el líder Tom Dumoulin

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Una de las máximas del ciclismo dice que la montaña pone a cada quien en su sitio y esta semana se producirán estragos en la clasificación general de un Giro de Italia comandado por el holandés Tom Dumoulin (Sunweb) y que se acabará el domingo en Milán.

Después del último día de descanso y tras 15 jornadas disputadas, la carrera se reanuda este martes con una etapa reina atípica, porque no termina en alto. De hecho, concluye con un descenso pronunciado.

Pero será un día épico, rompepiernas, que se convertirá en uno de los exámenes más fuertes para el portador de la maglia rosa (camisa rosada) de líder y en el que el costarricense Andrey Amador (Movistar Team) tendrá mucho trabajo, en vista de que Nairo Quintana está decidido a descontar tiempo, porque se encuentra a 2:41 del holandés.

Aunque Amador marcha en la novena casilla de la general, a 6:01 de Dumoulin y al tico le gustaría finalizar el Giro por tercer año consecutivo en la selecta lista de los mejores diez hombres de la carrera, eso pasa a un segundo plano para él.

La prioridad del rutero nacional de 30 años es ayudar a que Quintana sea el campeón de esta edición centenaria de la Corsa Rosa.

Con 222 kilómetros entre Rovetta y Bormio, la etapa reina presenta una distancia gigantesca y grandes dificultades que los ciclistas tendrán que escalar, en un día en el que después de 60 kilómetros planos se llegará al Mortirolo. Ahí se hará un homenaje a Michele Scarponi, quien falleció atropellado el pasado 22 de abril, cuando se entrenaba para liderar al Astana en este Giro.

Es una subida de primera categoría, con 12,6 kilómetros al 7,6%, rampas de hasta el 16% y curvas de herradura.

Superada esa exigencia vendrá un descenso de 15 kilómetros para después ascender 20 kilómetros hacia Bormio, pasarán por la meta para buscar el mítico Stelvio, que este año es la Cima Coppi, es decir, el punto más alto al que se llegará en la edición centenaria del Giro, con una altitud de 2.758 metros.

El Stelvio tiene 21,7 kilómetros al 7,1% de pendiente media y rampas máximas del 12%, un coloso que pondrá a sufrir incluso a quien escale mejor y una vez que se llegue a esa cima cubierta de nieve, se entrará en territorio suizo para ascender al Umbrailpass, de 13,4 kilómetros.

Tras el esfuerzo brutal que hay que hacer para llegar a ese punto después de haber subido el Mortirolo y el Stelvio, vendrá el descenso de 20 kilómetros para dirigirse a la meta, en Bormio.

"Viene la etapa reina, esperemos que hayan fuerzas y que estemos a la altura de donde tenemos que estar", apuntó Andrey Amador.

Es un día crítico, una jornada que pondrá a prueba a un hombre sólido como Dumoulin y que hasta el momento no ha mostrado ninguna fisura, con excepción de que muy rápido se queda sin peones.

Y eso le pasó en el Etna, Blockhaus y Oropa, que eran etapas de montaña, con llegadas en alto, pero muy distintas a las jornadas que se encuentran esta semana, con varias subidas demoledoras en un mismo día y que es justo lo que le sienta bien a Nairo Quintana.

Ni siquiera el propio líder sabe hasta dónde aguantará o si es capaz de no soltar la cima para quedarse con la corona.

"Mis parámetros son muy buenos, pero el nivel es muy alto, hay algunos que están mejor que yo", confesó el holandés en el día de descanso.

Quien está dispuesto a poner todas sus cartas sobre la mesa es el capo de Movistar Team, Nairo Quintana.

"Tenemos por delante cinco días que en teoría son favorables para nosotros. El líder está bien, pero no sabemos cómo puede reaccionar ante todo este recorrido. Por nuestra parte tenemos un gran equipo y confiamos en ello para luchar por el triunfo", afirmó el colombiano en una rueda de prensa que dio este lunes.

El jefe de filas de Andrey Amador tiene buenas sensaciones, a pesar de los pequeños golpes que le dejó la caída del domingo y también asegura que se siente muy acuerpado por sus compañeros.

"Estamos convencidos de que podemos hacerlo. Es verdad que normalmente siempre estoy muy bien en la tercera semana".

Misión repunte

El ciclismo es muy estratégico y Movistar Team está obligado a atacar, pero hay que saber hacerlo.

Según Quintana, todo depende de cómo arranque la etapa de este martes.

"Algo de diferencias esperemos tomar. No sabemos cómo saldrá la carrera. Seguramente muchos equipos querrán filtrar a gente por delante y nosotros también tendremos que estar ahí", citó.

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Y agregó: "Esperamos tomar diferencias aunque no sea un final en alto. Es verdad que los rivales también tienen mucha destreza bajando, pero aún así vamos a intentar hacerlo bien e intentar sacar tiempo".

Pese al susto del domingo, el colombiano dice que la caída no le provoca más miedo para los descensos.

"Seguro que hay gente que lo intenta bajando, pero creo que las diferencias estos días se van a hacer en las subidas. Este martes es una etapa muy, muy dura, en la que seguramente se puede pagar también el desgaste de lo que va de Giro".

No es que Quintana sea conservador, pero admite que la carrera no se define con la etapa reina, aunque sí será muy decisiva.

"Para mí sería bueno que fuera una etapa de mucho castigo, pero también hay que pensar que por delante aún habrá etapas que, aunque no lo parezca, pueden hacer más daño y todavía más diferencias".

Y Nairo no se equivoca con esa apreciación, porque queda mucho Giro.

El miércoles llegará otro día largo, de 219 kilómetros entre Tirano y Canazei, subiendo de salida Aprica y Tonale, dos premios de montaña de segunda categoría y el Giovo (de tercera) en la parte central.

El jueves 25 disminuye la distancia pero no la exigencia, con 137 kilómetros entre Moena y Ortisei, con final en alto tras subir Pordoi (de primera), Valparola y Gardena (de segunda), Pinei (de tercera) y Pontives (de primera), con 9,3 kilómetros al 6,8%, a cuatro kilómetros de la meta.

La etapa 19 se correrá el viernes con 191 kilómetros entre San Candido y Piancavallo, que se convierte en la última llegada en alto de este Giro, un premio de montaña de primera categoría con 15,5 kilómetros al 7,3%.

Para el último día de montaña se disputarán 190 kilómetros entre Pordenone y Asiago, subiendo el Monte Grappa y Foza, dos premios de montaña de primera categoría.

Después de eso tan solo quedará pendiente la contrarreloj individual de 27,6 kilómetros entre el autódromo de Monza y el Duomo de Milán, donde se premiará al gran campeón.

Quintana sabe que tiene tiempo hasta el sábado de recortarle la diferencia a Dumoulin, porque ganarle en la contrarreloj es casi imposible, aunque para ese día, el holandés ya estaría muy desgastado.

"No sé con qué diferencia debería llegar a la última contrarreloj. El objetivo es por lo menos restarle el tiempo que nos lleva ahora y tener algo más para la crono final. No sé realmente cuánto necesitaría; no sé si 30 segundos, 40... De momento pienso en la etapa de este martes. Por lo menos si no le quitamos tiempo al líder este martes, al menos trataremos de quitarle fuerzas (ríe)".

¿Una alianza de los favoritos contra Dumoulin?

Los escaladores del Giro de Italia que están mejor ubicados en la general podrían unirse en un plan efectivo que podría denominarse 'todos contra Dumoulin'.

Eso le funcionaría a Nairo Quintana, Thibaut Pinot, Vincenzo Nibali, Ilnur Zakarin, Bauke Mollema, Bob Jungels, Andrey Amador y Steven Kruijswijk, quienes son los que integran el top 10 de la carrera.

"¿Una alianza contra él? Eso solo se dará dependiendo de cómo vaya la carrera y de los intereses de cada uno", respondió Quintana.

El colombiano mencionó que hace dos años ya se vio a Dumoulin haciendo una actuación similar en la Vuelta a España. "Ponerse de líder tras una contrarreloj larga y después estar con los mejores escaladores en las subidas. Solo le vimos reventar el último día en una gran montaña. Aquí hemos tenido ya puertos de mucha entidad y se ha defendido muy bien. Para mí la sorpresa no que esté ahí, sino cómo está andando, mucho más de lo previsto", analizó.

Según Quintana, Dumoulin demuestra que está en gran forma y de momento no ha demostrado ninguna debilidad.

"En Oropa nos dejó a todos los escaladores atrás. Ahora habrá que ver si mantiene la regularidad en las subidas que vienen, que son bastante largas. Nuestra esperanza es que baje un poco en esta tercera semana y que nosotros vayamos mejor al ser etapas con más de un puerto. En teoría, estamos detrás de él cuatro o cinco corredores que pueden ganar el Giro y a los que nos vienen mejor estas etapas", meditó.