La Federación Costarricense de Ciclismo (Fecoci) estudió la guía técnica de La Ruta de los Conquistadores y dictaminó que la competencia no se adapta a la reglamentación de la Unión Ciclista Internacional (UCI).
Al considerar que no es una carrera de ciclismo, no se le puede dar el aval, así como tampoco se puede sancionar a los pedalistas que se inscriban. Eso es lo que buscaba la organización de una de las carreras más duras del planeta, que se disputará del 5 al 7 de noviembre.
“Cansados de la Fecoci, le metimos dos características muy especiales a La Ruta. Tendrá una salida estilo alemán, donde ponen las bicicletas en un rack (soporte) como en triatlón y salen corriendo unos 300 o 400 metros y se montan en la bici; es divertidísimo”, dijo Cristian Villegas, asesor legal de La Ruta de los Conquistadores.
La otra novedad es que en el tercer día habrá rafting .
“Se va a recorrer el río Pacuare y eso es voluntario. Al ciclista que le dé frío y no se quiera meter al agua, se le permitirá no hacerlo, pero va a perder cinco minutos del tiempo general”.
Villegas comentó que aparte de liberarse de la eterna pugna con la Fecoci por el aval, se retoma el espíritu real de La Ruta.
“Cuando a Román Urbina se le ocurrió hacer La Ruta de los Conquistadores, nunca quiso que esto fuera una carrera de ciclismo. Él solo pensó en una aventura y ya”, añadió.
Según Villegas, es complicado que la prueba tramite el aval mediante la Asociación de Deporte Aventura y Remo, porque el costo también sería elevado.
Prueba durísima. Tres de los 400 ciclistas que ya están inscritos afirman que esta será la edición más dura de La Ruta en su historia.
“El primer día siempre es duro y esta vez la segunda etapa será la más difícil de todas, porque desde la salida es subiendo con pendientes del 30% y todo el trazado es de alta montaña”, apuntó Federico Lico Ramírez, quien milita en el equipo Grupo Orosi Trek.
Y agregó: “Esa salida me tiene pensando, para mí es algo nuevo, tener que correr para ir a buscar la bici. Lo del rafting es opcional, en el momento se tomará la decisión de si se hace o no lo de las balsas, todo dependerá de las diferencias en la general”.
Paolo Montoya (Specialized) se mostró más crítico y aseguró que los cambios no le gustan.
“Correr con los zapatos de ciclismo y no con tenis, y si alguien se atraviesa uno se puede lesionar y se echaría a perder todo desde el principio. Eso es ilógico”, manifestó el santaneño.
Montoya cree que lo del rafting no es tan peligroso, pero jugará un papel importante en la carrera. “Los primeros dos días son duros y hacer 4 o 5 horas de rafting para luego subirse a la bici es muy desgastante y la persona llegará cansada. Nosotros nos preparamos para MTB, no en atletismo ni en rafting ”, dijo.
Mientras, Luis Mejía (Coopenae Extralum Economy) reveló que ya reconoció el trazado del segundo día de carrera y considera que esa “será la etapa reina de esta exigente Ruta”.
“Son más de 4.000 metros de desnivel en 85 kilómetros con subidas muy pronunciadas, mucha inclinación y casi no hay momentos para recuperar durante la etapa”, analizó Mejía.
El cafetero del club tico dijo que La Ruta “está difícil, pero bonita y es un objetivo clave”.