La fiesta fue grande en Costa Rica

3Los españoles llenaron el Club Español y no dejaron de animar a la distancia a su equipo

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Como si estuvieran en Madrid, en Barcelona u otra ciudad española, los españoles residentes en Costa Rica celebraron por todo lo alto el trofeo que ganó ayer su selección.

Reunidos en el Club Campestre Español, en Belén, cientos de españoles vestidos con camisetas rojas y amarillas pasaron apoyando a la selección ibérica durante los 120 minutos del juego contra Holanda.

En la entrada, a los visitantes los recibía un pulpo, en honor al famoso Paul , animal que vaticinó el triunfo de los españoles.

Antes de iniciado el partido, todos escuchaban y algunos cantaban: A por ellos , con lo que el ambiente se encendía en Belén.

Varios aprovecharon para comer paella antes del juego, luego habría tiempo solo para comerse las uñas ante las arremetidas de los jugadores de la Furia .

A los cuatro minutos, los expectantes españoles dejaron de lado su silencio y concentración con el cabezazo de Sergio Ramos que fue despejado por Stekelenburg. El grito de gol fue apagado por la buena atajada del meta holandés

Los más jóvenes se comían las uñas y reaccionaban alegremente con cada llegada española. Los adultos, quienes han visto a España quedarse en el camino a la final en muchas ocasiones, miraban atentos y comentaban el juego.

Aunque no estuvo presente el bombo de Manolo , sí hubo una trompeta que junto a unas imitaciones de vuvuzelas empujaban a los españoles a motivar a sus compatriotas a miles de kilómetros.

Un remate de David Villa provocó el segundo grito de gol, pero al igual que en la jugada de Ramos, la anotación fue un espejismo.

Pasaban los minutos, España dominaba el juego pero el gol no llegaba, los españoles y alguno que otro costarricense mudaba el rostro por la frustración cuando Arjen Robben corrió solo ante Iker Casillas. No se hizo esperar que algunos dijeran “gracias San Iker”, luego de la acción salvadora del arquero y capitán español.

Otro grito de gol en un remate de Jesús Navas y la celebración por lo que creyeron fue un penal sobre Xabi Alonso, fueron la muestra de que los españoles sabían que su selección estaba para más.

Llegaron los tiempos extra, algunos ya esperaban los impredecibles lanzamientos de penal, hasta que Andrés Iniesta rompió el muro holandés. El grito de “España, España” se hizo cada vez más grande, el juego de pólvora acompañó la celebración de los españoles, que buscaban saltar o hacer cualquier cosa para externar la felicidad por el título obtenido en Sudáfrica.