La Selección Femenina jugará esta tarde ante su similar de Estados Unidos con la tranquilidad de tener el boleto al Mundial en sus manos, pero el enorme pendiente de una paternidad total cuando se trata de enfrentar a las norteamericanas.
No hay ninguna sorpresa: a nivel femenino el fútbol estadounidense no solo es el más adelantado de toda la Concacaf sino además una de las potencias en el mundo, y todo eso lo refleja perfectamente en el pasado y las estadísticas.
Hoy a las 4 p. m., en el PPL Park de Pensilvania, Costa Rica y Estados Unidos se verán las caras por décima vez en la historia cuando de fútbol mayor se trata. En las nueve anteriores las norteamericanas no solo ganaron todas las veces, sino que además exhiben un rendimiento de 45 goles a favor y ninguno en contra. Nada qué agregar.
Realista como se sabe, Carlos Avedissián aseguró de entrada que el objetivo trazado para este torneo eliminatorio nunca fue el título sino la clasificación, y ya con el boleto en el bolsillo luego de vencer a Trinidad y Tobago en penales, todo lo que venga es “es ganancia”.
¿Qué esperar? El técnico uruguayo de la Tricolor fue claro en lo que se puede y debe esperar hoy de la Selección: un juego de entrega y si se puede de posesión, mas nunca de ofensiva y propuesta.
Tratará, dijo, de que su equipo no tenga que concentrarse exclusivamente en la defensa, pero tampoco quiso aventurarse a prometer nada que no se pueda cumplir.
Si bien eso puede no sonar muy alentador, sus palabras no reflejan más que la realidad de lo dispar de un duelo en el que la Tricolor no se da por menos, pero tampoco puede ser tan ingenua de querer mantener las apuestas arriba que realizó durante todo el torneo.
“Parte de intentar hacer un juego inteligente pasa por respetar al rival. Si uno tiene a un equipo como Estados Unidos de frente y con un partido como el de nosotros ayer (se extendió hasta los penales) sería suicida ir a jugar a su campo... Eso no quiere decir que vamos a salir solo a defendernos, podemos también apostarle a un juego de posesión”, señaló el estratega.
Con una nómina que adorna a los principales clubes del mundo, Estados Unidos fabricó su camino a la final con cuatro triunfos (tres por goleada) y una diferencia positiva de 15 goles, pues hasta la fecha sigue sin recibir anotación.
Es entonces claro favorito a dejarse un título que además disputa en su casa, pero para lograrlo deberá acabar con el invicto de una Costa Rica que ya no tiene nada qué perder y sí mucho qué ganar.