Juegos Nacionales: El sueño del belemita Bryan Álvarez es devorar las piscinas

Con un cuerpo dotado para nadar, Bryan es un muchacho fuerte y de actitud llevadera, tiene los méritos para ser protagonista en las justas.

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Belén. Son las 4 a. m. en la Ribera de Belén, Bryan sale de su habitación con su ropa deportiva limpia y el cuerpo aún fatigado por la rutina de la tarde anterior.

Mamá ya está en la cocina preparando el agua dulce, mientras que papá está en el carro esperando a que su hijo se monte para llevarlo a la piscina a entrenar.

Esa es la rutina de la familia Álvarez, que está convencida de que el espigado primogénito puede llegar lejos haciendo lo que más le gusta: devorar las aguas con su potente brazada.

A pesar de tener solo 14 años, el cuerpo de Bryan aparenta mayor edad, es uno de los más altos del noveno años del colegio Santa Mónica, en Heredia.

El muchacho tiene toda las credenciales para arrasar en los próximos Juegos Nacionales, aunque no le gusta alardear de su habilidad.

“Lo importante para mí no son las medallas, es el tiempo, mientras mejore el tiempo todo es ganancia, ese es el objetivo”, destaca el joven belemita de actitud llevadera y de verbo sencillo.

Hijo de un mensajero, Donal, y de una ama de casa, Lorena Astúa, Bryan explica que cuando inició en las piscinas fue por motivos recreativos, no por la competencia.

“Mi primera competencia fue hace tiempillo, hace como cuatro años. Siempre he nadado con Belén, ahí fui subiendo de cero, con el proceso de los entrenamientos y el esfuerzo me hice un campillo en el equipo”, explica el joven.

“Bryan es un muchacho voraz, en el equipo le decimos come-frutas porque una vez se tragó una bandeja de frutas él solo. Lo que más rescato del chico es su disciplina, cuesta que falte a un entrenamiento”, explica Pablo Camacho, el entrenador del equipo de Belén.

Objetivos. No lo dice abiertamente, pero Bryan tiene las facultades para asaltar el podio internacional.

Como todo atleta de alto rendimiento, la meta de cada rutina y de cada brazada es llegar a unos Juegos Olímpicos.

“Claro que me gustaría seguir nadando; sin embargo, estoy consciente que en este país uno no va a vivir de la natación, por eso me gustaría sacar una carrera en la universidad”, confiesa Álvarez.

Cada vez que Bryan está en el agua sus padres están con él, como lo han estado en cada madrugada antes de ir a entrenar o en una desvelada para terminar algún proyecto del colegio.