Buenos Aires. Él encontró la calma en la intensidad del pedaleo.
Allan Ureña, atleta de Buenos Aires, se la pasa todo el día sobre la bicicleta recorriendo el asfalto y la montaña. Ese es su escape.
Inició temprano su recorrido, con apenas 13 años. Eel joven recuerda cómo reunió el coraje para inscribirse en su primera carrera.
“Sí, yo empecé porque mi primo Andrey Fonseca corría ciclismo de montaña, entonces, ahí andaba con él matando fiebre. Ver lo que él hacía era sensacional, por eso me entraron las ganas de practicarlo con mi hermano y otros amigos”, destacó el naciente talento.
En las eliminatorias de Juegos Nacionales, el bonaerense fue el primer lugar y espera mantener la posición en las próximas justas, que se iniciarán el 1.° de marzo.
“Sé que soy uno de los favoritos pero la idea es ir a dar lo mejor para el cantón. En las eliminatorias logramos el primer lugar, pero una cosa es una eliminatoria y otra es la carrera. También el equipo de Alajuela es muy rápido, será dura la competencia”, destacó el joven.
El largo camino. La meta para Ureña no puede ser otra que convertirse en pedalista profesional y codearse con la élite del país en la Vuelta a Costa Rica.
El sueño no está tan lejos si se toma en cuenta que ya es patrocinado por el equipo de Pizza Hut, incluso Albin Brenes, técnico de la escudería, ya le facilitó una bicicleta.
Eso sí, Ureña dejó claro que sin importar hasta dónde llegue nunca olvidará a la joven cuadrilla de ciclistas de su cantón. Sobre todo esas tardes en las que se pasaban compitiendo de arriba a abajo para tantear quién era el mejor.
“Aquí todos somos muy unidos, por ejemplo tengo un compañero, Josué Alpízar, siempre compito con él, de hecho fue con él que empecé a andar en bicicleta. Igual él ahora está en el mismo equipo, es una competencia muy sana que a uno lo motiva”, explicó Ureña.
Sin embargo, lo que más le gusta del ciclismo es el desgaste físico.
“Cuando estoy triste por alguna razón, me gusta montarme en la bicicleta y darle al pedal hasta olvidar porqué estaba triste al principio”, aseguró el joven con una sonrisa de satisfacción personal.
Un joven de verbo sencillo y actitud humilde está listo para dar el salto al protagonismo, lo medita en silencio con el cuerpo fatigado por el pedaleo. Sonríe, emocionado, por los desafíos que están por venir.