Aparte de las condiciones, el talento y la resistencia, en un Mundial de ciclismo de ruta también cuenta el factor suerte y quizás eso fue lo que les hizo falta a los hermanos Juan Carlos y César Rojas.
El menor de los zarcereños hacía una buena carrera hasta que se cayó cuando se habían pedaleado 52,3 kilómetros.
César quería seguir, pero el Comisario y el médico lo juntaron del piso, no lo autorizaron a reintegrarse a la prueba y más bien lo enviaron al hospital.
“Tengo el tobillo derecho muy hinchado y casi no puedo apoyarlo, duele bastante, pero estoy bien y me estoy poniendo hielo para que desinflame. También tengo un hematoma por la rodilla, se me levantó una pelota y también tengo otros raspones”, relató César Rojas.
Mientras, Juan Carlos sufrió dos caídas y el problema es que en la segunda se descompuso el pasador de su bicicleta.
“Me caí encima de los otros ciclistas, entonces no me chollé, pero después me costaba mucho perseguir y tenía que hacerlo a más de 55 kilómetros por hora para poder entrar en el grupo, se iba muy duro”, comentó Juan Carlos Rojas.
Él atacó, salió del pelotón y quería alcanzar la fuga inicial.
“Busqué una fuga para que el país se viera”, citó, para añadir: “Sé que hice un buen Mundial, mejor que en 2014”.