Con 18 años, el zarcereño Jason Huertas es el gran prospecto del ciclismo de ruta costarricense.
El pasado 12 de junio se proclamó campeón juvenil panamericano y este viernes sacó buena nota en el Mundial de Catar, al convertirse en el único tico en completar el trazado de la prueba de fondo en Doha.
Huertas terminó la carrera de 135,5 kilómetros en el puesto 37, a 1:45 del danés Jakob Egholm, quien se adueñó del maillot arcoíris de campeón del mundo con 2:58:19.
"Jason desde hace años da indicios de que va a ser un gran corredor, ya lo demostró al terminar el Mundial Juvenil con las limitantes que se tienen y eso lo compensa con su calidad y unas condiciones excepcionales", dijo José Adrián Bonilla.
Para él, este es el momento en el que Huertas debe tratar de abrirse camino en el extranjero.
"Si se viene y se queda con su equipo para pensar en que su máximo objetivo es correr una Vuelta a Costa Rica, va a ser un desperdicio de talento grande. Tiene que seguir el ejemplo de Andrey Amador y en su momento lo que me tocó hacer a mí, irme, dejar de pensar en la familia, los amigos y la Vuelta para aspirar a algo más, que no está pegado del techo", afirmó Bonilla.
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Y agregó: "El proceso de Andrey lo ha catapultado hasta llegar a ser líder de una de las tres carreras más grandes del mundo y yo creo que siendo un corredor juvenil, llevando un proceso a más largo plazo y mejor planificado, podría solventar muchas deficiencias con las que el propio Amador llegó a Europa, que ya era un corredor un poco más hecho".
Ese es el mismo criterio del brumoso Gregory Brenes, quien destaca el accionar de Huertas en Catar, porque por experiencia propia sabe que terminar un Mundial de ruta no es nada fácil.
"Mientras él no salga del país y encuentre un equipo amateur como lo hizo en su momento Andrey y se destaque ahí, yo creo que se va a estancar. Ojalá que dé ese salto que es muy necesario para él, porque después de los 23 años es prácticamente imposible encontrar un hueco en un equipo profesional", citó Brenes.
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En la prueba juvenil, los ticos John Jiménez, Reyner Alpízar y Joseph Villalobos no terminaron el Mundial. Ellos corrieron con la misma suerte de los Sub-23 Gabriel Marín, José Rodríguez y Daniel Jara, quienes el jueves no acabaron la prueba.
Para aspirar a más en estos eventos, se deben fortalecer las bases, porque hay pocas carreras de ruta para las ligas menores.
"El calendario es reducido y no hay cómo darles ese nivel, luego pasan a Sub-23 y la diferencia tampoco es mayor, tiene que haber un consenso con los organizadores, se necesitan eventos de más nivel y que los equipos se comprometan a ir porque aquí solo piensan en la Vuelta", opinó José Adrián Bonilla.
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Gregory Brenes dice que en el país hay ciclistas con calidad internacional, pero sin un proceso y por eso cree que es mejor invertir en los jóvenes que en élites que no están en la máxima categoría, en la que está Amador, porque sería un "gasto innecesario".
"Si uno no está en una categoría como la de Andrey, es una inversión que no tiene sentido porque ese ritmo te lo da el máximo nivel. En el caso de Jason, ojalá que las entidades estatales tomen cartas en el asunto e inviertan en las categorías juveniles y Sub-23, que es donde uno da al paso para pasar a un equipo profesional".
Cuando él estuvo en el equipo de la Unión Ciclista Internacional (UCI), Brenes recordó que tuvo poca ayuda para ingresar ahí.
"Todo se dio a través de Andrey por los buenos papeles que había hecho en el Tour de L'Avenir (Francia); pero yo creo que si la Federación en conjunto con el Gobierno forman un equipo Sub-23 como en su momento lo hizo Colombia con Jarlinson Pantano, Darwin Atapuma y Nairo Quintana, podríamos ir a carreras de primer nivel y que haya opciones de que los ciclistas pasen a un equipo profesional".
"No es solo ir a un Mundial y tratar de terminarlo, los equipos profesionales buscan una constancia y mientras no se cambie la mentalidad de la gente encargada, no vamos a tener oportunidad de hacer algo diferente", argumentó Gregory.
Además, cree que hace falta que los preparadores sean especialistas en la materia y que usen tecnología.
"Gente profesional en todos los campos, un preparador que tenga criterios y un estudio específico en fisiología humana y que en realidad sepa lo que está haciendo, con experiencia en el ciclismo porque aquí tenemos dos o tres preparadores bastante buenos, pero no están enfocados en la parte ciclística".
Cree que lo ideal es que esas personas estén 100% enfocadas en el deporte de los pedales y que hayan tenido la oportunidad de trabajar con gente del circuito profesional para que monten un proyecto con gente joven.
"Mientras no se haga un cambio desde el núcleo, que es la preparación y la búsqueda de talentos de chiquitos y darles un buen proceso, vamos a caer en el mismo círculo, de que te preparan faltando un mes para un Mundial y por más que se entrene es difícil primero acabar y, segundo, dar un buen resultado".
Para Brenes, la gran falla radica en que el ciclísticamente hablando, el sistema deportivo del país se enfoca en la Vuelta a Costa Rica y las carreras de fin de año.
"En cuestiones de mercadeo es lo que a los equipos les deja (dinero) y a la Federación en sí, pero si queremos tener un equipo competitivo para todas esas cosas tenemos que adaptarnos a un calendario internacional como lo hacen todos los países, que cierran con el Mundial y por eso llegan en un punto tan alto de rendimiento, porque si hablamos de la parte ProTour, ya han hecho las grandes vueltas y las clásicas y el calendario Sub-23 es similar", reseñó.
Él piensa que si no se tienen corredores en esas categorías internacionales, va a ser muy difícil que se destaque.
"Aquí hay un sistema bastante complejo por falta de presupuesto, porque los directores deportivos hacen de preparadores físicos, de nutricionistas, de todo y en un sistema deportivo profesional todo el mundo tiene su trabajo delegado y si no tenemos un preparador profesional, ojalá de Europa, es muy difícil inculcarle una mentalidad diferente a los deportistas".
Y agregó: "Incluso trabajar con deportistas de experiencia y cambiarles la mentalidad de usar un medidor de potencia, un test de campo, pruebas de esfuerzo lo ven mal, pero si nos vamos a profundizar, veamos el caso de Chris Froome, que es el referente del ciclismo, que es un corredor tecnológico y así ha hecho su diferencia".