Callado, sencillo y con una figura que pasa inadvertida con suma facilidad, el colombiano Raúl Gómez se coronó, el pasado viernes, campeón de la XXXI edición de la Vuelta Ciclística a Costa Rica.
Dos meses antes de que dieran el banderazo de salida, Gómez, quien es el padre de Neylla --de tres años-- y está casado con Alba Luz, pasó a conformar el sexteto principal de Pizza Hut.
Con una amplia experiencia en el mundo del ciclismo, el escarabajo ha participado en Italia y Francia, donde dejó una buena huella en el nivel aficionado.
En el giro tico, además de quedarse con el máximo galardón, también recibió el trofeo que lo acredita como el mejor escalador, con un total de 100 puntos.
Gómez es un pedalista que responde bien tanto en el terreno plano como en el montañoso, virtud que le dio ventaja para vestirse con la camiseta de ganador.
A Costa Rica llegó como un peón, es decir, a colaborar para que un nacional fuera el vencedor; sin embargo, su regularidad lo convirtió en la insignia de Pizza Hut.
Seguro de que los triunfos a veces son fugaces, Gómez disfrutó con mesura su victoria y pronto volverá a montar en bicicleta para enfrentar la vuelta al Táchira, en Venezuela.
"Trabajo y constancia" fueron, en su opinión, las dos bases sobre las que edificó su castillo de ilusiones y ese es el legado que le deja a los colegas costarricenses.
Las rutas centroamericanas no son del todo desconocidas para Gómez, de 28 años, quien en 1990 ocupó el puesto número uno en el departamento de montaña del giro guatemalteco.
Con el aire de humildad que lo caracteriza, el colombiano agitó, en el Estadio Nacional, la bandera de su nación como muestra del cariño que le tiene al pueblo que lo vio nacer.
Acostumbrado a desafiar sus propias fuerzas y el peligro en cada etapa, el pedalista suramericano recuperó la hegemonía que los colombianos siempre han mantenido en las distintas intervenciones en el país.
Raúl Gómez forja sus ideales en cada pedalazo y lo demostró en la recién concluída Vuelta Ciclística a Costa Rica.