Hijos de leyendas del ciclismo costarricense debutarán en la Vuelta a Costa Rica

Sus padres fueron campeones del giro a la tica, ciclistas olímpicos y forman parte de las grandes hazañas del deporte de los pedales en nuestro país

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En su palmarés está haber ganado la Vuelta a Costa Rica, ser atletas olímpicos y ganarse el respeto de los aficionados por sus exitosas carreras en el ciclismo nacional e internacional.

Federico Lico Ramírez Méndez y Andrés Brenes Mata son dos corredores curtidos en el asfalto, pero cuyos logros en el ciclismo de montaña son reconocidos y los llevaron a competir en diferentes eventos alrededor del mundo, donde dejaron el nombre de Costa Rica muy en alto.

Quizás ese ejemplo de perseverancia y esfuerzo caló hondo en sus hijos Federico Ramírez y Sebastián Brenes, quienes hoy forman parte de la Selección Nacional que estará presente en la Vuelta a Costa Rica Telecable que se llevará a cabo entre el 16 y el 25 de diciembre.

Federico de 20 años y Sebastián de 23 forman parte de una generación de ciclistas jóvenes, quienes junto a Gabriel Rojas, Sebastian Calderón, Donovan Ramírez, Gabriel Marín y Kevin Rivera defenderán los colores patrios en la Vuelta, dirigidos por el técnico Yurandir Leandro.

Tanto Federico como Sebastián son dos pedalistas cuyas carreras siempre han estado enfocadas en el mountain bike, no obstante en los últimos meses sus buenas presentaciones en las pruebas de ruta en nuestro país llamó la atención de Leandro, para ser llamados a la Sele de ciclismo.

“Liquillo”, como lo llama su padre, es consciente del cariño que los aficionados le tienen a su progenitor y a sus 20 años se siente muy orgulloso de cumplir la meta de ser seleccionado y correr la Vuelta.

“La verdad cuando se me hizo el llamado estaba sumamente emocionado, cabe recalcar que será mi primera Vuelta y ahora solo estamos esperando que sea 16 de diciembre para darle con todo, junto a mis compañeros, en esa primera etapa de la Vuelta”, manifestó Ramírez.

Aunque su pasión es el ciclismo, el joven Federico estudia la carrera de Arquitectura, pues es consciente que en la actualidad no se puede vivir solo del deporte.

“Siempre he visto a mi papá como un gran ejemplo del ciclismo y del deporte nacional. La verdad es que fue un gran deportista. Me siento sumamente contento porque de él he aprendido muchas cosas, tanto en lo deportivo como en lo personal. Actualmente él es mi entrenador y gracias a él mejoré bastante. Me dice qué hacer y junto a él he visto buenos resultados”, afirmó Ramírez junior.

Lico papá, campeón de la Vuelta en el 2000, no puede ocultar su orgullo, pero también sabe de lo difícil y el sacrificio que se debe tener en el ciclismo para sobresalir, así como el peligro que implica practicarlo.

“Ahorita estoy muy tranquilo, pero cuando él corre siento una ansiedad. Uno sabe cómo es el ciclismo de peligroso, pero uno desea que les vaya bien, que saquen buenos resultados, que puedan ganar algo. Pero lo más importante es que terminen bien, que no tengan accidentes, por lo que le pido a Dios que no le pase nada, no solo a él sino a todos los ciclistas”, confesó Lico padre.

Federico se siente muy orgulloso de su hijo, conoce sus condiciones y más alla que la gente los quiera comparar considera que está listo para el reto y no niega que siempre deseó verlo en una Vuelta.

“Lico viene creciendo mucho, pasó de andar persiguiendo a yo tener que perseguirlo en las carreras o andar detrás de él. Viene entrenando muy bien, ha sido constante. Nunca lo forcé a ser ciclista, él quiso ser ciclista. Cuando me acompaña a los eventos, la gente le dice que debe hacer más de lo que yo hice, pero yo no lo presiono. Esperemos que haga su propia historia”, aseveró Ramírez Méndez.

Dinastía Brenes

La dinastía Brenes crece en el ciclismo. Primero fue Albin y luego Andrés, quienes corrieron la Vuelta. Posteriormente le tocó el turno a Carlos Andrés y en este 2022 será el momento de Sebastián Brenes, quien le tocará seguir los pasos de su tío, padre y hermano.

“Es una presión positiva ser el hijo de Andrés Brenes. Tengo un gran apoyo de mi padre y sigo sus consejos. Estar con él en el día a día me ayuda mucho, así como poder consultarle cómo se corre la Vuelta me ayuda bastante. Es un gran orgullo correr la competencia que ganó mi papá, pero deseo marcar mi propia historia y dar lo mejor siempre”, manifestó Brenes.

El joven de 23 años se ha dedicado más al mountain bike, e incluso forma parte de un equipo en Suiza desde el año anterior, pero sus buenas presentaciones en territorio suizo y en la Vuelta a San Carlos en el país llamaron la atención del seleccionador nacional, que lo invitó al equipo patrio.

“Siento que soy un corredor muy polivalente, pero sé que estoy bien preparado para formar parte de la Selección Nacional. Es mi primera Vuelta y será muy dura. Los primeros tres días son planos, después vienen etapas bastante duras. Cuando supimos que iba a formar parte de la Selección mí papá me dijo que la disfrutara mucho y que diera lo mejor de mí en cada etapa”, añadió Brenes.

Por su parte, Andrés Brenes, monarca de la Vuelta en 1994 y sexto lugar en los Juegos Olímpicos de 1996 en el ciclismo de montaña, le desea lo mejor a su hijo, pero lo primordial es que se forje su propio destino en el ciclismo.

“Estoy muy orgullo de compartir pasión. Evidentemente siempre hay nervios como papá. Igual estoy tranquilo, como Sebastián hizo un esfuerzo importante, es una persona que le gustan los retos como es correr la Vuelta a Costa Rica y como dijo la vez que mi otro hijo, Carlos Andrés, ganó una etapa de la Vuelta en Parrita, cada uno forja su propia historia”, comentó Brenes padre.

El excampeón de la Vuelta hizo hincapié que cada uno va formándose su futuro y no sería bueno ni justo compararlo con lo que él consiguió en el pasado.

“A sus 23 años Sebastián tiene muy claro qué es lo que quiere y será difícil, pero debe llenarse de fe y esperanza para hacer lo mejor que pueda, no solo en la Vuelta, sino en la vida. No debe haber presión por ser mi hijo, no debe desesperarse, él lo sabe y confío en que todo le salga muy bien”, agregó Brenes.