Fue en octubre del 2019 cuando el presidente de la República, Carlos Alvarado, prometió a la velocista Andrea Vargas y a la marchista Noelia Vargas que contarían con una pista de atletismo en su tierra natal.
El proyecto tiene un costo de ₡400 millones y es impulsado por el despacho de la ministra del Deporte, el Instituto de Desarrollo Rural (Inder), el Instituto Costarricense del Deporte y la Recreación (Icoder) y la Municipalidad de Puriscal.
Inicialmente se pensaba construir en el polideportivo de barrio El Carmen.
Sin embargo, debido a la existencia de una naciente de agua, el Concejo Municipal de Puriscal decidió que el sitio indicado para hacer la pista es el Estadio Luis Ángel Calderón; pero de nuevo, hay un inconveniente.
La ministra del Deporte, Karla Alemán, informó el 12 de agosto que el proyecto está en la fase de elaboración de los diseños técnicos por parte del Tecnológico de Costa Rica (TEC), con las recomendaciones para la práctica del atletismo por parte de Dixiana Mena, entrenadora y madre de las hermanas Vargas, y que la construcción comenzará en enero próximo.
Para ellas tres, esa pista sería un sueño hecho realidad, porque no solo las beneficiaría, sino que motivaría a que surjan más talentos en el atletismo.
“Viene a ser una puerta más que se nos abre. En el caso de Noelia, le ha costado muchísimo entrenar en la pista que actualmente está, porque es demasiado pequeña y resulta estresante para ella. Con la pista, tendrá más seguridad para entrenar más suelta y evitar lesiones. Es el mismo caso de Andrea cuando ella está en el país”, expresó doña Dixiana.
Sin embargo, hay problemas a la vista.
Cuatro días después del anuncio dado por Alemán, el Comité Costarricense de Ingeniería Geológica y del Ambiente (Cociga) giró una voz de alerta sobre un grave problema.
Dicho órgano adscrito al Colegio de Geólogos de Costa Rica le envió una misiva a la ministra de Deportes, indicándole que en el terreno donde está el Estadio Luis Ángel Calderón, así como una extensa área a su alrededor y sobre la que se asienta la ciudad de Santiago, existe un macro-deslizamiento activo.
“Esta situación podría causar el deterioro, en el corto o mediano plazo, de la inversión que se realice en esa pista atlética. Ya desde 1991, varios colegas geotecnistas costarricenses realizamos un estudio detallado del deslizamiento, a solicitud de la Comisión Nacional de Emergencias”, detalló la carta de Cociga, firmada por su presidente, Sergio Mora, y su secretario, Randall Carballo.
Ahí detallan que el deslizamiento sobre el cual se asienta Santiago y otras áreas a su alrededor es conocido desde por lo menos el año 1918, según las referencias aportadas por registros documentales y testimoniales de la localidad.
También señalan que otra gran cantidad de estudios, investigaciones, tesis de grado y opiniones técnicas de varios autores, instituciones y universidades nacionales y extranjeras han comprobado la situación.
“Asombra que esta información no haya influido, suficientemente, en el proceso de toma de decisiones relacionadas con la ocupación urbana y las obras de infraestructura de producción de bienes y servicios públicos y privados en la localidad”.
Ellos recuentan que el deterioro de los dos templos católicos principales, las calles y aceras, la antigua clínica del Seguro Social, la Soda Central, la antigua Tabacalera, el mercado antiguo y otras edificaciones, son testigos fieles de la situación.
Cociga argumenta que este deslizamiento ha sido identificado, directamente y mediante la interpretación de las fotografías aéreas de 1945 y que desde entonces, su actividad no ha disminuido y más bien se ha incrementado de 5 a 15 centímetros por año.
Otras partes del cantón de Puriscal también muestran evidencias de inestabilidad en sus laderas, como Quitirrisí, Mercedes Sur, Río San José, Desamparaditos, Potenciana, Cirrí, Santa Marta, San Antonio y otros.
“La elevada vulnerabilidad, documentada en Puriscal mediante los estudios realizados, amerita que se le preste una atención que, hasta la fecha, no ha sido prioritaria para evitar daños mayores. La planificación, para el desarrollo futuro del cantón, ha debido tomar en cuenta las circunstancias desfavorables a las que debe forzosamente adaptarse”, mencionó Cociga.
A partir de eso es que ellos giran la recomendación de realizar estudios de diseño y subsuelo para la construcción de la pista, con un grado de detalle suficiente para tomar en cuenta estas circunstancias.
“La realización de estudios geológicos y geotécnicos para la pista deben ser exhaustivos. Sugerimos, de todas maneras, identificar un sitio alterno, fuera del deslizamiento actual, en donde el terreno sea demostrado como estable”, expresó Cociga.
¿Y qué pasará ahora?
La Nación le consultó al Ministerio del Deporte si estaban al tanto de esta situación, si seguirán la recomendación de Cociga y si podría haber un cambio de planes en el sentido de que la pista se construya en un punto donde el terreno sea estable.
La respuesta fue que antes de emitir un criterio y en aras de ampliar la información, tras conocer el documento hecho público por Cociga, el despacho de la ministra del Deporte y el departamento de Gestión de Instalaciones del Instituto Costarricense y la Recreación (Icoder) han trasladado la inquietud a los consultores del Instituto Tecnológico de Costa Rica (TEC) y se está a la espera de su pronunciamiento.
“Esto por cuanto, mediante un convenio entre el Icoder y el Tecnológico, unos 20 proyectos de infraestructura con fines deportivos y recreativos serán diseñados por el Centro de Investigaciones en Vivienda y Construcción (CIVCO) del TEC, entre ellos la Pista Atlética del Bicentenario en Puriscal”, señaló el despacho de la ministra de Deportes.
Además, indicó que en todos estos proyectos, al TEC le corresponde el diseño de planos, la inspección y el seguimiento de las obras, así como la regencia ambiental; “por lo cual es oportuno esperar el pronunciamiento de dicha entidad”.