España y Brasil llevan grandes decepciones dentro de sus maletas

Al perder alguna competencia, las caras de los atletas -ticos o extranjeros- se inundaron de lágrimas. Con esas derrotas vieron todo su esfuerzo convertido en nada.

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Obtener la medalla de oro: tal era el objetivo de los hombres que conformaban las selecciones masculinas de futbol de España y Brasil en las Olimpiadas Londres 2012

Sin embargo, los archifavoritos se fueron sin cumplir las expectativas: la Roja sin nada; la Verdeamarela con un premio menor.

En cuanto a los españoles, el frustrante torneo que tuvieron convirtió en pedazos el sueño que tenían: añadir el oro olímpico a los títulos del mundo y europeos que poseen con sobrada autoridad en la categoría mayor.

Pasaron de ser favoritos para el oro, a ser los más criticados cuando Honduras los sacó del torneo.

Sin goles y cabizbajos. Así se despidieron los jugadores españoles, como Juan Mata y Jordi Alba, del circuito londinense.

Los brasileños tampoco cantaron victoria.

A pesar de que estaban señalados como favoritos a la medalla dorada, solo se quedaron con la plata..., por tercera vez en su historia.

Estuvieron cerca, o por lo menos más que los españoles, de conseguir el mejor lugar en el podio del futbol masculino de las justas.

Sin embargo, México se encargó de arrebatar de sus manos la codiciada medalla de oro.

Para los brasileños fue una enorme cachetada y alargó la espera por el único título que no tienen.

Los brasileños, que albergaran la XXXI Olimpiada en Río de Janeiro, no fueron la única decepción.

En ciclismo, el británico Mark Cavendish no ganó oro en ninguna prueba de ruta; en tenis masculino, la caída del suizo Roger Federer dejó sin aliento a muchos.

Federer fue derrotado por el británico Andy Murray, a quien solo días antes doblegó en la final de Wimbledon, el mismo pasto sagrado que vio su caída olímpica.

El Reloj Suizo perdió la posibilidad de tener su primer oro en Juegos –lo único que le falta en su inmensa carrera– y la posibilidad de alcanzar el Golden Slam

Grave confusión. Las justas son consideradas las mejores por muchos expertos.

Aún así, los pequeños inconvenientes no se hicieron esperar.

El Cómite Olímpico Internacional estuvo metido en una gran polémica diplomática por cometer el error de confundir las banderas de Corea del Norte con la del Sur.

La confusión ocurrió en un partido de futbol femenino, que se inició con dos días de a la inauguración oficial de los juegos.

A los norcoreanos no les hizo gracia el error y las jugadoras se negaron a entrar a la cancha hasta recibir una disculpa oficial.

Otra situación que se palpó fue el problema del dopaje: detectaron 117 casos de dopaje antes de iniciarse las justas.

Sin embargo, hasta la clausura solo un atleta dio positivo en los controles durante los juegos.

Otros siete fueron atrapados en los controles realizados antes de las Olimpiadas.

¿Sin continuidad? El nadador estadounidense Ryan Lochte era visto y proclamado como el próximo Michael Phelps.

Sin embargo, tras su participación en las justas, la opinión varió. Lochte ganó cinco preseas; solo dos de oro. Su desempeño estuvo muy lejos de lo que se esperaba.

Con 28 años de edad, habrá que ver si llega a Río

Por su parte, la rusa Yelena Isinbayeva buscaba su tercer oro consecutivo en Juegos OlÍmpicos; mas no sucedió.

Alegó que tenía problemas físicos y que por eso se iba tranquila con la medalla de bronce que ganó. Prometió volver.

Rigoberto Urán tuvo muy cerca del oro. Un error, considerado por muchos como ‘infantil’, le arrebató de las manos la posibilidad de ser el ganador olímpico, en los 400 metros finales de ciclismo en ruta.