Conversando hasta tres veces al día, observando videos que le envían de los trabajos realizados e incluso apelando a las videollamadas, así mantiene el contacto la entrenadora Dixiana Mena con su hija y pupila, Andrea Vargas a 6.571 kilómetros de distancia.
Mena viajó este lunes a Portland, Oregón, Estados Unidos, para realizar el segundo test de control con su dirigida, con fin de verificar que todo este saliendo de acuerdo a lo planificado, de cara a su preparación a los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.
La especialista en los 100 metros con vallas, campeona Panamericana de Lima 2019 y quinta del mundo en el Mundial de Atletismo en Doha, Catar, actualmente se entrena en temperaturas bajo cero, ante las sorpresivas nevadas que han caído en Portland, las cuales no han frenado la intensidad de sus prácticas de cara a las olimpiadas.
Está será la segunda visita de Dixiana Mena a los Estados Unidos para darle seguimiento a su hija, tras estar con ella en diciembre anterior. Andrea se trasladó a entrenar a Portland debido a que su esposo recibió una oferta de trabajo.
“Vamos a realizar nuestro segundo chequeo a los Estados Unidos. La idea es ir a tomar videos, observar la técnica y conocer cómo se siente en los test. Hablamos hasta tres veces al día, estudiamos los videos que nos manda, pero es fundamental darle seguimiento a los entrenamientos, chequear que todo marche bien en persona”, explicó Mena.
La estratega confesó que las dos semanas que estará en los Estados Unidos prácticamente no les alcanza, es por eso que mucho del trabajo es analizar el trabajo al cual ella le da seguimiento a ‘control remoto’, conociendo la entrega y sacrificio que hace su hija día a día por mejorar sus tiempos.
“Estamos cumpliendo las metas que nos habíamos trazado. Andrea es muy dedicada, sabe lo que debe hacer y cumple con los planes. Estamos avanzando, pese a que debe salir a correr en temperaturas bajo cero, ella no para, pues si hace mucho frío, entrena en una pista bajo techos y la adaptación a su nuevo entorno va de la mejor manera”, añadió Mena.
Con spikes. Uno de los puntos que destaca la mamá de Andrea es que su hija, desde que entrena en los Estados Unidos, práctica todos los días con sus spikes (tenis especiales para correr que tienen puntas de metal que se adhieren a la superficie), algo que solo hacía una vez a la semana en el país, cuando realizaba su sesión en el Estadio Nacional, pues en la pista del estadio de Puriscal era imposible, al ser de asfalto.
“Desde el simple hecho que Andrea pueda entrenar con sus spikes todos los días, estamos avanzando. Era algo a lo que ella no estaba acostumbrada, pero al mismo tiempo le ha provocado un poco de inseguridad que ha venido corrigiendo con el tiempo, debido a que no estaba controlando su velocidad, lo cual ya hemos podido ir logrando”, admitió Mena.
Dixiana manifestó que todo es parte del aprendizaje y poder entrenar en pistas de primer mundo le da una nueva perspectiva a su hija y le ayuda a ser más rápida.
“Ella me decía: ‘Mami, siento que no controlo mi velocidad, siento que me caigo’, por lo que le dije que no importaba, que siguiera entrenando como loca, que no parara, que no le tuviera miedo a la pista, que lo diera todo, que le diera duro para que se adaptara lo más rápido posible y de acuerdo a lo observado en videos, va muy bien, pero precisamente eso es lo que vamos a observar”, dijo Mena.