Oberhausen, Alemania. DPA El molusco más célebre del mundo, el pulpo Paul, vaticinó ayer un triunfo de España contra Holanda en la final de Sudáfrica 2010 .
Desde su acuario en Oberhausen, en el oeste de Alemania, el octópodo adivino levantó la tapa de la caja de plexiglás señalada con la bandera española y se comió el mejillón que estaba adentro, en lugar de seleccionar el que se ubicaba en la casilla holandesa.
Es la primera vez que se pide a Paul un vaticinio sobre un partido en el que no juega Alemania. El pulpo, que hizo ayer por primera vez dos predicciones, había vaticinado media hora antes el triunfo de los germanos contra Uruguay en el partido por el tercer puesto.
“Paul es un especialista de los partidos de Alemania, vamos a ver si también tiene acierto con otros partidos”, avisó con prudencia el acuario Sea Life de Oberhausen, donde vive el cefalópodo en un tanque de 1.500 litros de agua.
El animal, nacido en 2008 en Weymouth, en el sur de Gran Bretaña, tiene ocho cerebros, ocho tentáculos y pesa 700 gramos, ha sido múltiplemente amenazado de muerte en Internet, y en su defensa salió incluso el presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero.
“Estoy pensando en mandar un equipo de protección al pulpo”, bromeó el mandatario tras la victoria española contra Alemania en semifinales el jueves, vaticinada previamente por Paul.
Mediático. Desde la mañana una nube de periodistas se había reunido ante el acuario del molusco, que aparentemente no se estresó ni se sintió presionado por la numerosa presencia de los medios.
En las calles de Alemania se ven ya camisetas con la figura del octópodo, hoy una de las figuras con más atención mediática de toda la Copa del Mundo sudafricana.
Paul acertó hasta ahora el resultado de todos los partidos de la selección germana, incluidas las derrotas contra Serbia en la primera fase y ante España en semifinales.
En Alemania se lamenta que la competición en Sudáfrica sea posiblemente el último Mundial en el que se contará con las dotes del célebre adivino de Paul, ya que los pulpos de su especie viven rara vez más dos años, justo su edad.