Escazú
"No ha pasado nada, hay que seguir luchando". Con esta frase Franklin Jara alentó a su hija Marjorie durante el partido en que se enfrentó a la canadiense Vanessa Wong.
Para este padre, el simple hecho de medirse a la sembrada número 9 de la Copa del Café y 146 del mundo ya es una ganancia, pues su hija rompe el estereotipo del "tenista adinerado".
"Soy investigador en el OIJ y mi esposa es profesora de inglés. Mi hija hasta hace dos años comenzó a jugar en la Academia de Tenis Naranjo, así que hoy estar en la Copa del Café es un gran avance", expresó Jara en las graderías de la cancha central del Costa Rica Country Club.
Este papá reconoce que lo de su niña es puro talento, ya que ellos no cuentan con los recursos para enviarla a entrenarse en otros países, como sí lo hacen otras ticas.
Marjorie no ve esto como una excusa. Ella simplemente cree que el esfuerzo le traerá resultados.
"A veces la gente mide las cosas por el dinero, pero no es así, es cuestión de esforzarse y de querer. Hay muchachas acá que tienen más tiempo que yo de jugar y me ha costado, pero solo quiero mejorar y seguir adelante", mencionó poco tiempo después de haber perdido 6-3 y 6-0 frente a Wong.
Según Franklin Jara, aunque todo lo que ellos invierten proviene de sus salarios, desde hace un tiempo la marca Kölbi y la Academia de Tenia Naranjo les han dado la mano para pulir el talento de Marjorie.
"Voy a hacer todo lo que esté a mi alcance para que ella mejore y pueda foguearse en otros países, que es donde va a mejorar su tenis", expresó el orgulloso padre.
Apenas concluyó el juego, y pese a la derrota, él felicitó a su hija porque sabe que llegar a la élite del tenis tico no ha sido fácil para su familia.