Tiene apenas 25 años, pero ya se ubica entre los mejores exponentes del boliche costarricense.
Diego Rojas, quien es oriundo de de Heredia, se convirtió, la semana anterior, en el primer tico en obtener una victoria en el torneo La Raza tras siete años de sequía para los deportistas locales.
Mario Valverde, en el 2005, fue el último tico en subir al podio de La Raza.
La Raza es una de las competencias de mayor prestigio en el Istmo. El certamen convoca a los mejores bolichistas de la región y del mundo, como fue la participación de Joshua Blanchard, quien obtuvo la victoria el año anterior.
Pero para esta edición, Rojas captó la atención por su juventud y porque le devolvió al país su cuota de protagonismo en el certamen.
“A un tico le cuesta más ganar La Raza, pues ahí no solamente es por un asunto de calidad. Hay factores, como el mental, que pesan mucho”, manifestó el bolichista.
Rojas añadió que el equipo con que se cuenta para hacerle frente al torneo influye mucho, ya que la calidad de cada bola mejora los tiros.
Ganar ante campeones mundiales del boliche es descrito por Rojas como “la mejor experiencia de su vida”. Este joven es amante del deporte de las chuzas, gracias a la “fiebre” de su padre.
“Yo inicié en esto como a los 8 años y a los 11 doy mis primeros pasos en la Copa Presidente. A los 16 fui seleccionado mayor para el Campeonato Centroamericano en Guadalajara, México, en donde logré un tercer lugar”, dijo Rojas.
Logros. Pero lograr el trofeo individual en La Raza es apenas un título más en la corta, pero exitosa carrera de este empresario.
Entre los triunfos de Rojas destacan varios torneos nacionales, así como el Campeonato Centroamericano Juvenil realizado en el 2004 en El Salvador.
También acumula una participación exitosa en un certamen mayor del área en el 2006, en ese mismo país centroamericano.
Pero si hay un hito que marque las carreras de los bolichistas son los juegos perfectos.
El juego perfecto consiste en lograr 12 chuzas seguidas y así redondear en la pizarra 300 puntos.
Rojas tiene ocho en su carrera y los recuerda como sus hazañas.
“A uno lo marca el juego perfecto. Por más que uno gane torneos, a la hora de que estás apunto de lanzar un juego perfecto, ese instante es único y trasciende mucho”, comentó el deportista.
Apegado a su juventud y la fiebre que heredó de su papá, Rojas espera que más adelante sean varios los títulos en La Raza.