El 86% de las selecciones que ganaron su primer compromiso del Mundial clasificaron a la ronda de los octavos de final.
Por lo menos ese es el porcentaje que corresponde a las últimas tres ediciones. En ellas, las citas planetarias pasaron a jugarse con un formato de 32 equipos, distribuidos en ocho bloques de cuatro y clasificando a dos primeros de cada grupo.
Antes participaban 24 selecciones (seis grupos de cuatro), clasificaban cuatro mejores terceros y se daban solo dos puntos por victoria, y no tres como se hace ahora (únicamente en Estados Unidos 1994 sí se otorgaron tres puntos).
De los 96 seleccionados que participaron en las Copas de Francia 1998, Japón y Corea del Sur 2002 y Alemania 2006, 36 vencieron en su debut (11, 12 y 13, respectivamente) y de ellas, 31 pasaron a la siguiente fase (11, 9 y 11).
En total, hubo también 24 representativos que empataron y, lógicamente, 36 que fueron derrotados.
Es decir, comenzar ganando pone la clasificación a una distancia tangible, quizás porque la motivación aumenta y la presión del escenario disminuye.
Por eso es que siempre se repite la necesidad de triunfar a como dé lugar en el estreno.
En este período, únicamente cinco equipos no lograron cumplir con el axioma: Costa Rica, Argentina y Rusia en el 2002 y República Checa y Corea del Sur en el 2006.
No obstante, si no se puede ganar, el objetivo por lo menos debe ser evitar la derrota, pues de los 48 boletos que se dieron a la segunda ronda (16 por Mundial), 45 fueron para equipos que no perdieron.
14 de ellos merced a un empate.
Los únicos tres equipos que comenzaron con el pie izquierdo y enderezaron la barca para cruzar la barrera fueron: Turquía en el 2002 (Brasil, 1-2), y Ghana (Italia, 0-2) y Ucrania (España, 0-4) en el 2006 .
Número mágico. Aún así, aunque todas estas estadísticas sugieran que asegurarse tres puntos en la primera salida a escena es un gran paso hacia la siguiente etapa, el número mágico para garantizarse por completo la clasificación, sin depender de absolutamente ningún otro resultado, es de siete puntos.
La situación se da porque, en un caso atípico pero no imposible, tres equipos podrían quedar igualados en seis unidades y tener que definir los favorecidos para seguir adelante por la diferencia de goles.
No sucedió en ninguno de los tres Mundiales más recientes, pero sí en Estados Unidos 1994.
Empero, en esa edición, todavía se clasificaban terceros lugares.
En aquella oportunidad Nigeria, Bulgaria y Argentina hicieron seis puntos en el Grupo D (Grecia hizo cero) y Holanda, Arabia Saudí y Bélgica en el F (Marruecos no pudo puntuar en el torneo).
Con la reglamentación actual, se hubiesen quedado fuera los argentinos y los belgas.
A su vez, la menor cantidad de unidades con las que se puede avanzar es con tres, nuevamente, forzando un triple empate y definiendo bajo diferencia de goles.
El líder del grupo debería hacer nueve puntos y todos los otros integrantes tres. Tal situación tampoco aconteció todavía.