Día redondo para la Naranja

3 Holanda pasó con marca perfecta a los octavos, jugó mejor futbol y recuperó a Arjen Robben

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Para ser un juego de trámite, hubo buenas noticias (todas holandesas, para mayor pena de Camerún).

El triunfo, 2-1, le permitió a los holandeses recoger la cosecha completa de los nueve puntos, algo que solo Argentina, hasta el momento, pudo realizar.

Por otro lado, la Naranja Mecánica ofreció un juego más depurado y ofensivo..., por momentos; sin embargo, todavía es poco y se debe esperar que ofrezca más, sobre todo si es una selección que hace del juego de ataque un modo de vida.

No se trata de que vaya por ahí ofreciendo la otra mejilla, porque tamaños disgustos se ha llevado por sus descuidos; mas tampoco es asunto que juegue como si se caminara por los barrios bajos de una gran ciudad.

Los holandeses manejaron el juego sin mayor apuro y fue en una jugada de “tuya y mía” de vértigo –iniciada por Robbie van Persie y culminada por él mismo– que abrieron el marcador.

Con los números abiertos, el freno de mano que sostenía el juego se hizo más fuerte: Camerún no entendía el partido y a Holanda le interesaba poco y nada.

Transcurría el choque sin mayores noticias..., y en eso Rafael van der Vaart le metió la mano en el área a un tiro libre intrascendente. Samuel Eto’o cobró e igualó los números (65’).

La reacción en el banco oranje fue enviar a Arjen Robben en el plan de superhéroe.

El delantero del Bayer Múnich, sin estar en plena forma, como él mismo diría luego del cotejo, demostró el peso específico que tiene en las jugadas de ataque de la Naranja Mecánica.

Solo le tomó 10 minutos para montar un ataque que derivó en el segundo gol para Holanda.

Un zurdazo suyo, fuera del área, se estrelló en el paral derecho camerunés y el rebote lo tomó Klass-Jan Huntelaar para sentenciar el 2-1 (83’).

Para ser un partido de trámite, Holanda tuvo un día redondo con buenas noticias.

Viene la ronda del nocaut, contra rivales de mayor calado y ahí se verá la calidad y la magnitud de la apuesta de esta versión naranja, más pragmática y especuladora

Camerún se va como una de las grandes decepciones del Mundial, sin un solo triunfo: lejos quedaron de las expectativas y de su fama de los Leones Indomables.

Una desilusión, para no desentonar con África.