Decenas de miles de uruguayos rinden emotivo tributo a la selección

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Montevideo (AFP). El autobús con la leyenda “Orgullo celeste”, que transportaba a los jugadores y miembros del cuerpo técnico, inició un recorrido de unos 30 km a las 11:30 a. m. (8:30 a. m. hora de Costa Rica) rumbo al Congreso uruguayo, donde serían recibidos por autoridades uruguayas, incluido el presidente José Mujica.

Emocionados, los jugadores celestes saludaban y filmaban a la multitud que ondeaba banderas y saludaba con gritos, aplausos y papel picado el paso de sus ídolos.

“Muchas gracias, Uruguay por ayudarnos a soñar”, “Gracias por darnos tanta alegría”, eran algunos de los carteles que podían verse a lo largo del recorrido, mientras que otro rezaba: “Uruguay el país con más gloria per cápita del mundo”.

Al menos 200 personas se congregaron desde primeras horas del día frente al Centro de Alto Rendimiento de la Asociación Uruguaya de Futbol (AUF), donde entrena la selección, para ser los primeros en saludar o pedir un autógrafo a sus ídolos, que arribaron el lunes por la noche a Montevideo y fueron recibidos en el aeropuerto por el presidente Mujica.

El retraso del vuelo obligó a postergar hasta el martes el homenaje preparado a los celestes, que lograron en Sudáfrica-2010 una de las cinco mejores actuaciones de su historia, tras las lejanas conquistas de 1930 y 1950, y los cuartos puestos de 1954 y 1970.

La pérdida del bronce el sábado ante Alemania no menguó los sentimientos de orgullo y gratitud que inundaron este pequeño país de 3,4 millones de habitantes.

“Ya estoy orgulloso con esto”, aseguró Felipe, de 13 años, que recuerda como mejores momentos del Mundial las atajadas de Fernando Muslera y la mano y penal de Luis Suárez en el choque contra Ghana, que terminó con el pase de Uruguay a la semifinal.

“Llegar a las semifinales ya fue suficiente. Nos dio la esperanza de que se puede. Y la próxima ganamos”, confió por su parte Sofía, de 16 años, que acudió a la rambla junto a cuatro amigas, todas con el rostro pintado con la bandera uruguaya.

Pese a temperaturas en torno a los 5 grados, Cinthia, de 33 años, junto a Romina y Catherina, de 14, se apostaron frente al Palacio Legislativo para poder estar en primera fila en el homenaje a sus ídolos.

“Vinimos desde Toledo (a 14 km de Montevideo), las chicas faltaron al liceo, tenemos los pies congelados, pero no importa”, dijo Cinthia a la AFP, destacando que los jugadores “dejaron todo” en la cancha.

Mientras un espectáculo musical animaba al público a la espera de la caravana, miles de personas de todas las edades seguían arribando a la explanada del Congreso, donde se montó un escenario con pantalla gigante.

Los celestes recibirán medallas con el escudo uruguayo, que rezan: “El pueblo uruguayo a...en ocasión de su brillante participación en el Mundial de Sudáfrica 2010”. Todos los integrantes de la delegación, desde el Balón de Oro, Diego Forlán, hasta el cocinero recibirán la distinción.

En medio del repique de tambores y una euforia que parecía recién empezar, el público coreaba: “¡Volveremos, volveremos! ¡Volveremos otra vez, volveremos a ser campeones, como la primera vez!”.

Tras una sucesión de fracasos en un país donde el futbol se vive casi como una religión, Sudáfrica-2010 reintegró a Uruguay a la élite mundialista, pero además devolvió el optimismo y la alegría a una sociedad que se paralizó en cada encuentro y decidió que cada triunfo –e incluso un cuarto puesto– valía una fiesta.