Costarricense de 62 años intentará caminar 1.000 kilómetros en nueve días

Jorge Astúa comenzará esta aventura el próximo 20 de junio, a Alajuelita, donde reside.

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

No hay ningún estímulo económico, no se trata de una competencia oficial y tampoco se clasifica a algún campeonato. La motivación de Jorge Astúa es personal, pero lleva un mensaje.

A sus casi 63 años (los cumple el 23 de febrero), este vecino de Alajuelita quiere completar 1.026 kilómetros en nueve días y dejar algo claro: un adulto mayor tiene muchos proyectos por realizar.

“Algunos creen que a los adultos mayores se les venció el tiempo, al revés, hay muchas cosas por hacer, pronto llegaré a esa edad. Tampoco es que yo diga que todo mundo tiene que hacer esto”, comenta Astúa.

Sabe que es un reto de mucho cuidado, porque recorrer esa cantidad de kilómetros requiere que haga 114 diarios, lo que se traduce en unas 20 horas de ejercicio continúo.

Lo hará en un circuito de seis km en Alajuelita, por lo que debe dar 19 vueltas diarias para cumplir con la meta.

Si lo consigue en nueve días exactos, ni un minuto más, será la primera persona con 63 años que lo haga. Muchos atletas alrededor del mundo tienen mejores tiempos, pero según un listado de la Asociación Internacional de Ultramaratón, nadie a esa edad.

Sin embargo, mientras Astúa complete su hazaña en solitario, sin otros participantes, el registro no será contemplado dentro de este ranquin.

“No es necesario que todos terminen 1.000 kilómetros pero sí que por lo menos haya cinco personas iniciando, para que pueda ser registrado. Ninguna competencia es válida si solo hay un participante”, explicó.

Escogió hacerlo en Alajuelita porque no tiene los recursos económicos para trasladarse de un lugar a otro.

“Si lo hago cerca de mi casa tengo fácil acceso a la comida, baño, cama. Si lo hiciera fuera costaría más, además esto me sirve porque conozco la ruta”.

Su mayor preocupación para llegar a la meta es vencer el sueño. Asegura que una persona puede caminar tres o cuatro días sin dormir, pero en nueve días necesitará descansar.

Por eso planea que dormirá cuando ya no aguante y solo será por unas cuantas horas.

“No es dormir cada día, porque o sino a las dos de la mañana, por ejemplo, me va a atacar el sueño. Tengo que encontrar el momento”.

Eso también se entrena, para hacerlo Astúa pasará tres días sin dormir, y así sabrá cómo reacciona su cuerpo.

“Otro de los problemas será mantener el ritmo. Será agotador”, reconoce.

La comida es fundamental y en su mayoría será líquida, porque no puede gastar tiempo comiendo alimentos muy pesados.

Por ahora cumple un programa de entrenamiento diario para acumular los suficientes kilómetros.

“No voy a clasificar a nada, no voy a hacer este evento y me van a dar algo, es personal”, asegura Astúa, el hombre de 62 años que tampoco usa transporte y todas sus actividades las hace caminando.