Corredor abandonado de bebé en cañal se abre espacio en atletismo de Costa Rica

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Junior Oporta era apenas un bebé cuando su mamá lo regaló. Fue su abuela quien lo recogió, pero cuando tenía seis meses de nacido lo abandonó en un cañal.

Oporta nació en El Rama, Nicaragua, localidad ubicada a 260 kilómetros de la frontera con Costa Rica. En ese poblado, primero se esparció el rumor de que la abuela lo intentó vender.

Una vecina lo escuchó llorar en el cañal y se lo llevó.

Para que no se generan más problemas, ella decidió migrar a Costa Rica con su familia y el bebé, quien ahora tiene 26 años y busca abrirse un espacio en el atletismo nacional.

"Yo me di cuenta de todo esto cuando tenía como 13 o 14 años, cuando mi mamá me contó, porque mis hermanas me trataban diferente", recuerda Oporta.

Cuando cumplió la mayoría de edad, viajó a Nicaragua para enfrentar aquel pasado que finalmente decidió dejar atrás.

"A la hora de nacer, no topé con suerte", afirma sin darle mayores vueltas a la razón de por qué su progenitora y su abuela lo abandonaron.

Oporta no es de los nombres más sonados en el atletismo de Costa Rica, pero quiere abrirse campo a punta de esfuerzo, como también lo ha hecho en su vida.

Él es una de las nuevas figuras del equipo Coopenae para la temporada 2017, año en que espera despuntar en las carreras nacionales para, luego, consolidarse como un atleta de media maratón.

El joven sabe que el atletismo no solo es una pasión, sino también un medio para crecer personal y profesionalmente.

Oporta es nicaragüense pese a que solo vivió allá seis meses, pero se siente como un tico más, aunque aún no tiene la nacionalidad.

El amor por el atletismo le llegó de forma inesperada y "ayudado" por los 7 kilómetros que debe caminar para salir y regresar a su casa, en La Guaria de Piedades Sur de San Ramón.

"Cuando un profesor del colegio se dio cuenta lo que yo caminaba, pensó que podía ser bueno para correr y me llevó a un campeonato colegial", expresó Oporta.

En ese momento no contaba con los implementos, pero pese a ello se dejó el primer lugar en una carrera de campo traviesa de 5 kilómetros.

Asegura que ahí su vida empezó a cambiar, aunque solo corría "de vez en cuando" debido al poco apoyo y a su mala situación económica.

Al ganar carreras en San Ramón, comenzó a destacar. Eso lo llevó al equipo Moncho Runners; ahí encontró ayuda económica y motivación para buscar una oportunidad en San José.

Hizo una prueba con Athlos Team, dirigido por César Lizano. Su nivel empezó a mejorar y mientras combinaba el deporte con el estudio logró pasar al equipo de Scotiabank.

"Era más complicado porque tenía que viajar de donde yo vivo hasta San José, pero sabía que debía hacerlo", agrega Oporta, quien hoy combina el atletismo con su trabajo en una venta de pollos en San Ramón.

Oporta terminó el bachillerato de educación media en el Colegio Técnico Profesional de Piedades Sur y solo le resta un examen teórico para sacar la especialidad en agropecuaria. Su próxima meta es ingresar a la universidad.

"El atletismo no es para siempre, es temporal, entonces lo veo como una base para prepararse profesionalmente", argumentó.

Su paso a Coopenae acrecienta ese sueño por convertirse en un profesional.

"Llegar a este equipo era una meta, pero a veces lo veía imposible. Ahora quiero ganar carreras importantes. Conozco mi cuerpo y sé hacia dónde lo puedo llevar; este es el año en el que quiero sobresalir", dice Junior sin titubear.