Puntarenas. El ciclista ruso Timofey Kritskiy es un legítimo coleccionista de triunfos alrededor del mundo y no podía dejar ir la oportunidad de ganar en la edición 50 de la Vuelta a Costa Rica.
Con 27 años, Kritskiy estampó su firma ayer en la desgastante sétima etapa del giro a la tica, disputada sobre 135,92 kilómetros entre Liberia y Puntarenas.
Llegó en solitario a la meta y en el Paseo de los Turistas consiguió su victoria número 25 en el ciclismo élite, añadiendo a Costa Rica en una lista de países donde ha levantado los brazos, como Francia, Bélgica, Suiza, Bulgaria, Noruega, Rusia y China.
“Sabía que este era el momento para ganar y estoy muy contento por eso”, comentó Kritskiy, quien años atrás militó en profesionales y fue compañero del español Joaquim Purito Rodríguez en el equipo Katusha.
En esta vuelta, él integra la Selección Nacional de Rusia, pero allá es ficha del equipo continental profesional RusVelo.
“Tenía que aprovechar el recorrido que me sentaba bien, porque vienen los días de montaña y era mejor buscar el gane de una vez”, recalcó Timofey Kritskiy.
Su triunfo se gestó desde el momento en el que cayó en una fuga numerosa, en la cual 17 pedalistas iban en punta de carrera.
Y ahí se mantuvieron durante la mayor parte de un recorrido que se disputó bajo una temperatura agobiante de 30 grados.
Los escapados eran Federico Ramírez, Carlos Brenes, Eddier Godínez, Isaac Morera, Elías Vega, Rodolfo Villalobos, José Arce, Rónald Araya, Carlos Pulgarín, Yors Santofimio, Ariel Sívori, Pedro Palma, Carlos Viveros, Yennier López, Agustín Martínez, Artur Ershov y Kritskiy, quien atacó a falta de 20 kilómetros.
El ruso sabía que era un tramo largo y se aventuró a efectuar una especie de contrarreloj individual en esos 20.000 metros para entrar aplaudiendo a la meta.