Caster Semenya logra su primer oro olímpico siete años después de polémica sobre su sexo

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Río de Janeiro

La sudafricana Caster Semenya se colgó su primer oro olímpico, este sábado en los 800 metros de los Juegos Olímpicos de Río, siete años después de darse a conocer con su título mundial en Berlín 2009, cuando se generó una gran polémica sobre su sexo.

En la final en la ciudad carioca terminó con un crono de 1:55.28, con el que batió el récord de su país. Quedó por delante de la burundesa Francine Niyonsaba (1:56.49), quien se colgó la plata, y de la keniana Margaret Nyairera Wambui (1:56.89), que fue bronce.

Niyonsaba tomó el control de la carrera en el inicio de la última vuelta, pero ya en la entrada de la curva final, a 200 metros para la meta, Semenya pasó al primer lugar y su enorme aceleración final le permitió dejar claramente retrasadas a sus rivales.

Es la segunda medalla olímpica para Semenya, que fue plata hace cuatro años en Londres, igual que lo fue en 2011 en el Mundial de Daegu. El año pasado, en el Mundial de Pekín, quedó eliminada en las semifinales.

Pero si hay un momento que marcó la carrera de Semenya fue el Mundial de Berlín de 2009. Allí ganó con contundencia a sus rivales y los medios se lanzaron a un debate sobre su aspecto masculino y su sexo real.

Su calvario se prolongó casi un año, que se vieron acompañados de repetidos exámenes médicos, hasta que fue autorizada a competir por la Federación Internacional de Atletismo (IAAF).

Semenya, atleta intersexual cuyos niveles de testosterona se acercan a valores masculinos, llegó a los Juegos de Río como principal favorita a la victoria en la doble vuelta de pista, después de llegar con el mejor crono del año, conseguido con 1:55.33 en la reunión de la Liga de Diamante en Mónaco. En la final olímpica lo rebajó en cinco segundos.