Heredia. Belén recuperó el color, mientras que la Liga confirmó que es un equipo inconstante.
El triunfo de los primeros por 2-0 anoche en el estadio Eladio Rosabal Cordero arroja, sin profundizar mucho, tales conclusiones.
Los heredianos ya no están en una posición tan crítica en la tabla de posiciones e incluso, de reiterar un par de resultados como éste en las próximas jornadas del torneo, pueden hasta ponerse a soñar con una clasificación milagrosa.
Por su parte, los manudos simplemente no logran ser consecuentes con sus marcadores y su rendimiento. Cada vez que ilusionaron con un gran partido, lo estropearon en el que inmediatamente siguió. Le pasó después del clásico y le pasó ahora luego de vencer al líder.
Pero esto es mera interpretación del panorama; la táctica también merece su espacio.
Hace unos días, al cuadro belemita le estaba costando un mundo jugar con la pelota en los pies.
La constante de sus últimos compromisos eran pases sin sentido, desentendimiento en la transición y pérdidas en la salida.
Quizás era la presión que trae estar en la parte de abajo de la tabla de posiciones; no obstante, de aquel Belén incómodo y con buenas ideas en zona de ataque que se vio en certámenes anteriores quedaba poco.
El recuerdo más inmediato fue un baile que le montó hace poco más de un año a Alajuelense en este mismo estadio.
Pues al parecer un escenario similar era lo que necesitaba.
Belén ayer recuperó bastante de su peso ofensivo y junto a su lucha y orden atrás, le sacó de golpe la sonrisa con la que la Liga llegó a esta fecha del Torneo de Verano 2013.
Sin embargo, no fue que planteó un partido brillante. Ojo que esto tampoco quiere decir que no merecía ganar. Por supuesto que, por lo que se vio en la cancha, los tres puntos tenían que ser suyos.
Suerte. Lo que pasa es que los heredianos también tuvieron la suerte (no virtud, porque no fue que algo cambió en su esquema) de encontrarse a una Liga que fue una total antítesis al equipo que venció con todo mérito a Cartaginés el sábado pasado, en el estadio Morera Soto.
Los manudos se olvidaron del vértigo que esa jornada le imprimieron a los costados. Dejaron en el camerino el ahínco con que pelearon todos los balones.
Así, regresaron a un estilo de mucho toque por el centro, definitivamente hegemónico de la posesión, pero inefectivo en la red.
Tal situación la aprovechó Belén, que en la primera que pudo recuperar cerca del área, golpeó. Fue Marco Mena en la boca del arco, tras pase de Ever Alfaro (37’).
Después, cuando se esperaba la reacción de la Liga, más bien Belén se llenó de confianza. Fue por más, empujado por la no aparición de su rival en la cancha. Y lo logró con Ariel Contreras de cabeza (76’).