Atletas hacen fila por comida rápida en Villa Olímpica de Río 2016

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Río de Janeiro

Quizá lo último que usted espera encontrar en la villa olímpica es un restaurante de comida rápida y mucho menos con filas de atletas en busca de un combo, pero en Río 2016 no son pocos los que se permiten esos gustos.

“Por lo menos, este restaurante no está adentro del comedor, como sí sucedía hace cuatro años en Londres. Ahora está más alejado, tienen que caminar y ahora no es 100% gratis, como la vez pasada. Está bien, para que los atletas no se descarrilen”, comenta Catalina Fernández, la nutricionista del Comité Olímpico Nacional (CON).

Al tanto de lo que comen los atletas costarricenses en los Juegos, señala que “ninguno debería recurrir a ese restaurante previo a la competencia”. Admite que en algunos deportes se requiere un elevado nivel de calorías diarias, pero advierte que estas deberían buscarse en “alimentos saludables, que le aporten nutrientes”.

En la delegación tica, podría ser Roberto Sawyers quien tiene el mayor consumo calórico, pero ni siquiera su lanzamiento de martillo le sirve de pretexto para llenarse con hamburguesas y papas fritas.

“Él sigue un plan de alimentación al pie de la letra y tiene muy claro que no necesita eso. Está acostumbrado a buscarlo en otros alimentos”, señala Catalina Fernández.

La jalea, la miel o las semillas, por ejemplo, aportan mucha energía sin necesidad de comer grandes porciones. Así se evita lo que Fernández llama las “calorías vacías” de la comida rápida. “Te dan calorías, pero nada más. Y puede ser hasta peligroso un mal estomacal”.

Instalada en la villa, Fernández ya recorrió el comedor donde se alimentan más de 10.500 atletas. Aunque en términos generales encontró “de todo”, espera que mejoren la rotulación de cada comida.

“Siempre tiene que decir qué es y qué ingredientes trae y eso espero que se corrija en estos días”, dijo Fernández.