Árbitro desea no se hable de él, sino de la final

3El británico Howard Webb, silbatero de la gran final de hoy, advierte: “No es fácil ser perfecto”

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Pretoria, Sudáfrica. AFP y DPA. El inglés Howard Webb, de 39 años, se declaró ayer “muy orgulloso” de cumplir el sueño de todo árbitro de dirigir la final de la Copa del Mundo, que será hoy entre Holanda y España en Johannesburgo, para la que desea que “no se hable de los árbitros sino del excelente partido”.

Con una imagen distendida delante de la prensa, Webb promete “hacer todo lo que sea necesario” en el estadio Soccer City de la capital económica sudafricana para que se vea un buen juego de fútbol.

“Estamos muy contentos, es un honor maravilloso y un privilegio. Vamos a estar orgullosos de mostrar la calidad de los árbitros en Inglaterra”, dijo Webb en Pretoria.

“Ahora estamos sobre todo concentrados en el partido. Esperamos hacer un buen partido, que evidentemente significa que no se hable de los árbitros sino del excelente partido que se jugó”, aclara Webb, quitándose del centro de los focos para dar espacio a los futbolistas, verdaderos protagonistas de hoy.

Webb hizo frente a algunas críticas lanzadas desde tierra ibérica, tras su desempeño en el Suiza-España que acabó con victoria helvética (1-0), al inicio del Mundial.

“Fue un partido limpio, no tuvimos ninguna dificultad, con ninguno de los dos equipos. Y los dos finalistas son equipos fair-play, tienen buena reputación ambos, tuvieron pocos problemas disciplinarios", apuntó el colegiado.

Webb, sucesor del argentino Horacio Elizondo al pitar en la final, también hizo un repaso del desempeño de sus colegas a lo largo del certamen de Sudáfrica 2010.

El silbatero destaca que de acuerdo a la FIFA, el 96 por ciento de los fallos han sido correctos.

“No se puede saber si un error cambia un partido, y no lo sabremos jamás, es imposible", relexiona Webb sobre el Mundial.

Su designación asegura la presencia inglesa en la final, aunque Webb reconoce que “no es lo que la gente en Inglaterra realmente quería ver (risas), y como hinchas, estamos desilusionados, pero muy felices a su vez de llegar tan lejos nosotros (la terna arbitral inglesa)”.

El colegiado reveló su secreto para preparar el partido de su carrera. “Hay que prepararse de la forma más habitual posible. Para nosotros como para los jugadores es un evento inmenso. Es un trabajo de equipo”, dijo Web, el hombre del pito, al referirse a sus asistentes Mike Mullarkey y Darren Cann.

"No es fácil ser perfecto y nos preocupa cuando las cosas van mal en el campo debido a una decisión importante del árbitro", agregó. "Nuestra ambición es por tanto tener el control total del partido".

Webb, que cumple 39 años el miércoles, aseguró que para él y sus asistentes dirigir la final del Mundial es "el máximo honor".

“Trabajamos duro para estar aquí, además de tener un poco de fortuna, como en todas las cosas de la vida”, señaló.

El ex sargento de policía se encargó también de arbitrar en mayo la final de este año de la Liga de Campeones, entre el Inter de Milán y el Bayern Múnich. Pero no eso no se puede comparar con estar en la final del Mundial.

“Esto es mejor porque una final de una Copa del Mundo sólo se juega cada cuatro años”, aseguró.

Jack Taylor fue el último inglés que dirigió el partido por el título en un Mundial, hace 36 años.