Andrey Fonseca puso el corazón en el MTB de Río y terminó en el puesto 33

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Deodoro, Brasil

Andrey Fonseca ya sabe lo que es competir en unos Juegos Olímpicos y finalizó en el puesto 33 de Río 2016, con un tiempo de 1:44:54, a 11:26 del suizo Nino Schurter, quien se dejó el oro.

El tico puso todo su corazón en el circuito de cinco kilómetros al que se le dieron seis vueltas más un giro corto de arranque. Habían tramos de rock garden duros y nueve descensos muy técnicos.

El nacional logró terminar, a diferencia de un eslovaco Peter Sagan, a quien le aplicaron la regla del 80% (casi iba cediendo una vuelta) y se arrepintió de correr MTB en Río, siendo actualmente el campeón del mundo de ciclismo de ruta.

Fonseca lo dio todo, se vació y prácticamente no podía hablar.Estaba completamente molido, pero aún así paró para atender a la prensa durante unos cinco minutos y dijo: "Ya no hablo más porque me voy a desmayar".

"Es una competencia en la que se entrega el alma y el corazón, nacimos para ser deportistas y desde siempre hemos aprendido que cuando se corre en cualquier competencia se da el corazón", afirmó Andrey Fonseca.

Confesó que no podía dar más de lo que dio.

"Uno intenta ir más adelante, progresar en la carrera, pero hay muchas situaciones, a veces uno se siente bien y en un tiro mal, pero gracias a Dios que me permitió darlo todo".

Le agradeció a todo su equipo de trabajo por completar el primer capítulo del sueño olímpico por el que siempre ha pedaleado.

"El trabajo de estos 4 años nos permitió estar aquí y vivir esta experiencia que con solo pararse en la línea de salida y saber que delante mío están los mejores del mundo es algo que motiva, es un espíritu grande que se siente en ese momento, una emoción muy grande", manifestó.Y está tranquilo, porque dice que lo dio todo por el país.

"Diferente hubiera sido quedarse en la casa viendo la carrera por televisión, es algo que agradezco a quienes me ayudaron para estar aquí porque pude pararme contra los mejores del mundo, dí el máximo, me alcanzó al menos para esta posición, para terminar la carrera".

Él está convencido de que viene algo mejor en los cuatro años que vienen.

"Queremos ir a Tokio 2020 no para estar en la posición de hoy sino poder estar entre los primeros 10".

Para eso, su primer paso es buscar el top 40 en el 2017 y así ir avanzando, en el 2018 entre los mejores 20, en el 2019 entre los primeros 15 y en el 2020 entre los mejores 10.

"Así iríamos a Tokio a buscar una medalla, ese es mi sueño y para eso voy a luchar".

Fonseca asegura que aprendió mucho en Río 2016.

"Estando en la casa no vamos a hacer nada, estando en Costa Rica no vamos a hacer nada, necesitamos más apoyo, estar contra los mejores no solamente tres carreras antes de esto, sino en todas las carreras en esto cuatro años".

Él afirma que esa es la clave del éxito, contar con un calendario fuerte de competencias en el año.

"Tengo ese sueño de estar en Tokio 2020 entre los mejores y con los mejores, así que vamos a trabajar en estos cuatro años".

Esta es la carrera más dura que ha hecho en su vida, así lo considera él.

"No se imaginan, el que está en la casa sentado viendo la competencia por televisión, no se imagina lo que es estar ahí con esa presión encima, con todo lo que se vive en este momento que es histórico, que cuesta repetirlo en la vida, dí mi mayor esfuerzo, no me queda una gota más de energía y lo dí todo por Costa Rica", acotó.

Mencionó que tuvo una salida muy buena porque así lo había planificado con su entrenador, Andrés Brenes.

"Estaba bien ubicado en la primera vuelta, pasé entre los primeros 25, pero así es el ciclismo de montaña y hay momentos en los que si uno baja el ritmo le pasan 10 y si uno lo aumenta adelanta a diez", relató.

Y agregó: "Para esto es que me alcanzó hoy, me siento contento pero muy comprometido para estos siguientes cuatro años que se vienen, es todo lo que pude dar, lo dejé todo, quien me conoce sabe que no me guardé nada y estoy que me desmayo, así que me voy a sentar".

La competencia

La prueba consistía en recorrer 32,4 kilómetros en ese trazado que no tenía más de un 15% de terreno llano, como dicta el reglamento.

La elevación más fuerte, de unos 70 metros, llegaba en el kilómetro 3,5, aproximadamente, y el circuito terminaba con una subida de unos 4,6 metros.

El gran favorito era el francés Julien Absalon, ganador del oro en Atenas-2004 y Pekín-2008, y número uno del ranking mundial, pero acabó octavo.

Sin embargo, el último campeón del mundo, en junio de 2016, era el suizo Nino Schurter, que poco después de la primera vuelta ya lideraba la prueba con Kuhlavy y Carlos Coloma.