El pedalista costarricense Andrey Amador puso a prueba su valentía este domingo, al tomar la partida en la clásica belga Gent Wevelgem.
Al rutero tico de Movistar Team le duele toser, respirar, hacer algún movimiento y mantener su posición habitual sobre la bicicleta.
Eso es parte de las secuelas que arrastra desde el viernes, cuando actuó en la prueba E3 Harelbeke y se vio inmiscuido en un incidente.
Ese día faltaban 108 kilómetros para la meta, se produjo una montonera y el nacional frenó en seco al ver que muchos ciclistas se habían caído.
Amador no se fue al piso por su reacción, pero un corredor que venía detrás de él lo embistió y lo golpeó en las costillas.
Pese a que terminó la prueba, de la meta se lo llevaron al hospital para hacerle las placas de rigor.
Con las radiografías se descartó fractura.
Sin embargo, él tiene grandes sospechas de que puede haber una fisura.
Este domingo completó la Gent Wevelgem en el puesto 83, a 5:39 del ganador, el eslovaco Peter Sagan (Bora), quien cronometró 5:07:32.
"Ahí estaba siempre en el grupo de adelante y en el último tramo de adoquín pinché; pero no puedo seguir corriendo así", mencionó Amador.
Y agregó: "El dolor se me va intensificando y se hace ya al final un poco insoportable. Quiero volver a la casa y que me examinen más a fondo para descartar".
Aunque reconoce que la salud es lo primero, le molesta pensar que lo persigue la mala suerte, porque se sentía en muy buenas condiciones para conseguir un resultado importante en las clásicas belgas.
La Gent Wevelgem tuvo un trazado de 251,1 kilómetros y esta edición se recordará el llanto desconsolado del italiano Elia Viviani (Quick Step), quien terminó segundo en el esprint ganado por el triple campeón del mundo.
El tormento de Viviani fue saber que durante toda la carrera su equipo le había hecho un trabajo impecable.
Al final, cuando a él le tocaba hacer su parte, salió a la rueda de Arnaud Démare (FDJ), sin percatarse de que por la izquierda iba Sagan.