Un grupo de costarricenses que se encuentra en Alemania decidió trasladarse a Holanda para ver a Andrey Amador en el Giro de Italia y ahí se llevaron una grata sorpresa, pues se percataron de que el tico es uno de los ídolos en la competencia.
"Acabo de llegar a Alemania nuevamente, estoy aquí por trabajo, ya que laboro para una empresa alemana que se llama Zollner y que queda en Cartago. Llegué hace cuatro semanas y me queda una más por acá", relató Héctor Bejarano, quien es uno de esos ticos que tuvo la oportunidad de estar presente en la jornada inaugural del Giro, donde Amador hizo el tercer mejor tiempo de la contrarreloj individual.
"Estando aquí nos dimos cuenta de que teníamos feriado jueves y viernes. Como buen amante del ciclismo y seguidor de Andrey, tenía presente que el Giro iniciaba viernes y salía de Holanda. Busqué en Google Maps dónde quedaba Apeldoorn, con la sorpresa de que queda a 50 kilómetros de la frontera con Alemania y para mí fue toda una bendición", relató.
"También están aquí algunos otros compañeros de la empresa y como ahora todo Costa Rica sigue a Andrey, les dí la idea y se apuntaron cuatro personas, suficiente para llenar el carro y emprender camino".
El traslado no fue sencillo, pero Bejarano asegura que valió la pena.
"Manejé 900 kilómetros del lugar en el que estoy, en un pueblito en Baviera que se llama Zandt. El jueves hicimos escala en Colonia para aprovechar hacer algo de turismo y el viernes llegamos a Apeldoorn a las 8 a. m.; Andrey salió a las 4:26 p. m. pero no había cómo aburrirse".
Bejarano corre en Master A y es amigo de Iván, el hermano de Andrey.
"Andrey y yo nos conocemos y lógicamente yo lo admiro mucho, ir a una grande era mi sueño y con un tico fue motivación extra. ¡Y todavía con ese regalo de carrera que nos dio!".
Ya en Apeldoorn la barra tica se hizo más grande.
"Allá encontramos otros cuatro costarricenses que estudian en Holanda y que viajaron dos horas en tren para llegar. Nos reconocimos por la bandera y me llamó mucho la atención que muchísimas personas me llamaban a mí Amador".
Eso significa que para los europeos seguidores del ciclismo, Amador es la imagen de Costa Rica.
"Movistar Team llegó como a las 10 a. m. y cuando fuimos al camión, Andrey ya andaba calentando.
"Lo esperamos y apenas lo ví le dije 'Mae... ¡Andrey! Venga para la foto de rigor' y vino de una, me reconoció. Sería rajar decir que es amigo mío, pero sí hemos rodado juntos y sabe que yo corrí en Pizza Hut y que corrí la Vuelta a Costa Rica del 2001.
El pedalista se fotografió con todos, pero ellos presentían que algo bueno iba a ocurrir.
"Daba como susto, porque se veía súper concentrado. De hecho andaba en los últimos ajustes para la contrarreloj, entonces iba y venía".
Los ticos estuvieron en diferentes sectores. Fueron a ver la salida de varios corredores y luego caminaron hasta la meta, o al menos lo más cerca que se pudieron acercar.
"Me quedó un televisor de frente y los narradores le dan demasiada pelota a Andrey y por supuesto que bien ganado se lo tiene. Cuando el animador dijo que él era el segundo más rápido, los gritos me salieron muy espontáneos", recordó.
Para Bejarano y sus amigos, esta vivencia jamás la olvidarán, porque tuvieron la gran experiencia de ver a Andrey Amador descollar entre la élite mundial en un Giro de Italia.