La alegría de Andrey Amador es triple: retornó a la competencia, corrió junto a Adriano Malori que había tenido un grave accidente en enero y por si fuera poco, su compañero Giovanni Visconti ganó la primera etapa del Giro della Toscana, en Italia.
El tico de Movistar Team no veía acción desde el pasado 6 de agosto, cuandro representó a Costa Rica en los Juegos Olímpicos, prueba en la que finalizó en el puesto 54, a 20 minutos del medallista de oro, el belga Greg van Avermaet.
Amador pedaleó este martes 174,7 kilómetros entre Arezzo y Montecatini Terme.
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El nacional arribó a la meta en el puesto 94, dentro de un grupo de 19 pedalistas que arribaron a 10:58 de Giovanni Visconti, quien cronometró 4:16:20.
"Siempre es bonito volver a correr y más con una victoria de un compañero y en Italia, un país que me trae grandes recuerdos. Mi última prueba no fue como quería y tengo ganas de volver a sentirme bien sobre la bicicleta", manifestó Andrey Amador en su página electrónica.
Y reiteró: "Aparte del triunfo de Giovanni, sin duda me quedo con la sensación de volver a tener a Adriano entre nosotros después de lo que ha sufrido. Es un gran compañero, es un ejemplo de superación que nos ayuda a seguir adelante y valorar la vida en general".
Para la escuadra telefónica, esta victoria de Visconti es importante e histórica, porque iguala los 36 triunfos de Banesto en 1998.
Este miércoles se correrá la segunda etapa de esta Challenge en Italia, con 185 kilómetros y final en Pontedera.
Andrey Amador con ambición para Catar: '¿Y por qué no el oro?'
Solo había disputado siete días de competición desde el Giro de Italia, ¿por qué?
Sí, he corrido poco: Polonia, y me retiré, Ordizia y los Juegos Olímpicos. Ya estoy recuperado de un problema de salud que me ha lastrado. He tenido algún tipo de virus.
Las sensaciones tras el Giro eran extrañas con muchísimo cansancio, no dormía bien, no podía recuperar...
Me veía sin fuerzas, con sueño, no tenía energía. Me sentía totalmente vacío. Una cosa muy extraña. Los análisis salían bien, pero yo sabía que no lo estaba.
Hasta que opté por la única opción en estos casos: descansar totalmente, desconectar, aparcar la bicicleta.
Pude empezar de nuevo, a entrenar normal, recuperar, y tener los ciclos normales de sueño como una persona normal.
¿Fueron días duros?
Sobre todo, era una sensación de impotencia porque no sabía lo que tenía. No encontraba qué era.
No estaba bien y no llegaba a encontrarme como quería.
Yo creo que he hecho las cosas bien; tener la tranquilidad que hay que tener en los momentos complicados, cuando no depende de uno y no puedes hacer otra cosa más que recuperar y descansar.
¿Espera remontar ahora hasta el final de la temporada?
Espero que sí. Después del Giro, me he quedado con malas sensaciones con los resultados.
No ha sido la mejor segunda parte del año.
Afortunadamente, ya me encuentro bien. Son ya alrededor de tres semanas entrenando perfectamente y pienso que vuelvo en condiciones.
A última hora he cambiado el Eneco Tour por las clásicas italianas, y esperemos que todo vaya bien. Tengo muchísimas ganas e ilusión de volver a la competición y verme en carrera. Es como el principio de la temporada: estar con los compañeros, la rutina de salir de casa, los aeropuertos.
Y más en Italia, un país del que me encanta el ciclismo que se vive, y en unas carreras preciosas. Sin embargo, la mejor noticia, y una gran alegría, ha sido ver a Adriano Malori de nuevo de vuelta. Su progresión ha sido fantástica.
¿Qué calendario va a disputar?
Después de las clásicas de Italia, me gustaría estar en el Mundial de Catar. Ojalá pueda estar en condiciones para la contrarreloj por equipos.
Espero ir a más y que me salga bien el final de temporada. Hasta Abu Dhabi (20-23 de octubre) queda bastante. Quiero terminar con un buen sabor de boca.
¿El volver a repetir el podio por equipos en el Mundial contrarreloj es un aliciente?
Y por qué no buscar el oro. Nos ha costado mucho llegar hasta ahí. Hemos ido de menos a más.
El haber subido el podio en Richmond –bronce-, el trabajo que eso conlleva, quiere decir que cada año nos preparamos más y mejor. Sería muy lindo poder vivir esa medalla de oro tan ansiada y alcanzar esa meta para todo el equipo.
¿Por mirar el lado positivo de la temporada, el vestir la maglia rosa en el Giro tiene que ser un recuerdo imborrable?
Desde luego. Es una carrera que siempre me ha encantado. Sé cómo llegar bien.
Este año pude luchar de nuevo por el podio. No soy un corredor ganador, sino que voy en progresión, subiendo escalones, y por eso para mí fue un grandísimo premio portar el maillot rosa.
Ojalá pueda meterme en un podio del Giro algún día y tener ese premio. Es algo que lo voy a intentar porque es una carrera que se me adapta muy bien.