Andrey Amador aprendió a tolerar el dolor entre fracturas, esguinces y fisuras

Ídolo del ciclismo costarricense aún asiste a terapia para rehabilitar su codo

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Andrey Amador tiene gran capacidad de recuperación ante las lesiones y, con el paso de los años, se convirtió en un especialista en soportar el dolor.

El rutero nacional se cayó, el 27 de marzo, en Bélgica, sufrió múltiples golpes y se fracturó el codo; pero eso no es obstáculo para que estos días se entrene a tope en las montañas de Cartago.

De forma incansable y a primera hora, Andrey Amador pedalea por Coris, sube hacia Llano Grande, va a Tierra Blanca y escala hasta el volcán Irazú.

En la tarde, el pedalista de Movistar Team acude a rehabilitación en la Clínica Católica.

“Todo ha sido un contrarreloj, no solo se hacen cronos en la bici, a veces también toca con la salud. La operación fue sencilla, pero conlleva su tiempo de recuperación y estuve muy golpeado”, dijo Andrey Amador, a quien le colocaron dos pines en el codo.

Recordó que esa última caída fue muy fuerte, pues iba a gran velocidad en tramos de piedra.

“Estoy bien, estoy perfecto y la recuperación ha sido increíble”.

Partirse un hueso no es nada nuevo para Andrey. Su historial de quebraduras comenzó en 1998, cuando hacía sus primeras armas con el equipo de San José.

“Ya he tenido diez fracturas y ojalá que si hay más, sigan siendo de este tipo y nunca una peor, porque las cosas siempre pueden ser peor. Así es el deporte, es el riesgo que hay que correr y yo creo que dentro de lo que cabe, he tenido suerte”, afirmó Andrey Amador.

Con mucha mesura, el tico asegura que cuando llega una lesión, en vez de echarse a morir piensa en regresar cuanto antes.

“Después de una caída, uno se revisa y si las piernas están bien, uno sabe que la recuperación siempre va a ser rápida y se asimila todo con más calma”, detalló.

Andrey llegó a Costa Rica el 7 de abril y este viernes emprenderá su regreso a Europa.

Del 28 de abril al 3 de mayo, correrá el Tour de Romandía , en Suiza, y confía en que del 9 al 31 de mayo estará en el Giro de Italia , carrera de tres semanas que ya disputó en el 2010, 2012 y 2014.

Algo que tiene muy motivado a Amador es que, al subirse a la báscula, vio que pesa 69 kilos.

“Si me ponía a comer todo lo que hace mi mamá y el famoso café, entrenar y bajar de peso era doble trabajo. No subí ni un gramo; me he mantenido y más bien he bajado”, indicó el ciclista.

Andrey no descuidó ningún detalle: “He hecho todo para recuperarme y estar lo mejor posible para lo que viene... Y que sea lo que tenga que ser”.