Méritos más que suficientes tiene la vallista Andrea Vargas, para ser designada la abanderada de Costa Rica a los Juegos Olímpicos de Tokio, que arrancan el próximo 23 de julio.
Andrea, medalla de oro en los Juegos Centroamericano de Managua, Nicaragua 2019; Centroamericanos y del Caribe de Barranquilla, Colombia en 2018; y Panamericano de Lima, Perú 2019, así como quinta en el Mundial de Atletismo en Doha, Catar en 2019, recibió este miércoles el Pabellón Nacional de manos del presidente de la República, Carlos Alvarado, y la Primera Dama, Claudia Dobles, en el Comité Olímpico en Coronado.
En el caso de la delegación Paralímpica portarán la bandera en la inauguración los paratletas Camila Haase de natación y Steven Román, en tenis de mesa.
La puriscaleña, quien estuvo con su hermana Noelia Vargas, agradeció la designación y se mostró orgullosa que la delegación tica es integrada en su mayoría por mujeres.
Además de Andrea estuvieron presentes los atletas Noelia Vargas en los 20 kilómetros marcha, Ignacio Sancho en yudo, Leilani McGonagle en surf, Andrey Amador y María José Vargas en ciclismo, Kenneth Pollis Tencio en BMX freestyle, Luciana Alvarado en gimnasia artística y los nadadores Arnoldo Herrera y Beatriz Padrón y Gerald Drummond en los 400 metros vallas. Estuvo ausente la surfista Brisa Hennessy.
“El ser elegida como la abanderada es un gran honor, un orgullo. Me siento demasiado feliz. El portar el pabellón nacional es algo muy bonito. Quiero felicitar a todas las mujeres que estarán en los Juegos Olímpicos, donde somos mayoría”, comentó Vargas, quien por competencias no había podido estar en un desfile inaugural en los anteriores eventos del ciclo olímpico en que participó.
Andrea se mostró muy feliz por la designación y recordó que estar en los Juegos Olímpicos era un sueño que tenía desde muy niña.
“Desde pequeña tenía el sueño de ir a unos Juegos Olímpicos, es como un sueño que voy a cumplir, pero ir con mi familia es una experiencia inolvidable, porque no solo voy yo. También va mi mamá y entrenadora y mi hermana Noelia, también como atleta clasificada oficialmente, por lo que me siento muy feliz por ellas y por toda la familia“.
”No puedo imaginar cómo se siente mi papá (Juan Manuel Vargas), por ejemplo, ver el esfuerzo que ha hecho desde muchos años y ver reflejado en esto. Mi hermano (Alejandro) que siempre da lo mejor ayudando y mi esposo (David Jiménez). Vengo de una familia muy humilde, pero de un corazón muy fuerte” dijo Vargas.
Marca lejana. La madre de la pequeña Avril, de siete años, recordó que su primer paso lo dio en los Juegos Centroamericanos de Managua 2019, donde hizo una marca que le alentó a seguir persiguiendo su sueño olímpico.
“Cuando empecé veía la marca para clasificar muy lejos (12:84), pero después de los Centroamericanos de Managua (13:12) quedé cerca y pude entender que si me esforzaba y entrenaba fuerte podía lograrlo. Cada año hemos venido progresando, tanto mental como físicamente para tener esa confianza, lo cual me ha motivado a probarme a mí misma”, indicó Vargas.
Andrea, junto a su madre y su hermana Noelia, cumplirán con un campamento en la ciudad japonesa de Tachikawa, el cual se realizará del 19 al 22 de julio, día de ingreso a la villa.
“Voy al campamento a realizar un trabajo de descarga y velocidad junto con mi entrenadora. Es una gran oportunidad para nosotras como equipo y esperamos hacer un gran trabajo”, indicó Vargas, quien estará viajando desde los Estados Unidos a territorio japonés.
También fueron juramentados los atletas Paralímpicos Henry Raabe, en paraciclismo, categoría C3, para atletas con problemas de movilidad en uno de sus brazos; Sherman Guity, en las pruebas de los 100 y 200 metros lisos en T64, para competidores con amputaciones; Melissa Calvo, en los 400 metros lisos de la T13, con deportistas de baja visión; Andrés Molina, en el parataekwondo K44, con discapacidad en una de sus brazos; Lobito Fonseca, en paraatletismo T51, para competidores en silla de ruedas.
A ellos se suman Steven Román en tenis de mesa, en la categoría clase 8, para atletas con discapacidad, en su caso, tanto en el brazo como en la pierna izquierda, Camila Haase en la categoría SB-9, para atletas que por amputación o de nacimiento no tienen uno de sus miembros superiores y el paratenista José Pablo Gil, en la modalidad de tenis en silla de ruedas.