Alemania, huérfana de Ballack y ahora de Müller

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DURBAN, Sudáfrica. . (AFP) - La selección alemana, que llegó al Mundial con la importante baja de Michael Ballack por lesión, tendrá que hacer frente el miércoles en la semifinal ante España a otra ausencia de peso: el joven Thomas Müller, que ha brillado con luz propia en lo que va de torneo.

La joven promesa del Bayern Múnich vio su segunda amarilla en Sudáfrica-2010 en el duelo de cuartos ante Argentina (4-0), lo que automáticamente le hizo lamentarse visiblemente sobre el césped: esa amonestación acarreaba un partido de sanción, lo que le privaba de estar en semifinales.

Hasta el momento, con cuatro dianas, Müller ha sido junto a Mesut Özil el 'líder espiritual' de la nueva Alemania, un equipo fresco que ha deslumbrado con resultados contundentes, ante la albiceleste en su anterior choque y en octavos frente a otra favorita, Inglaterra (4-1).

"Está claro que se trata de un golpe para nosotros. Demostró el peligro que representa frente a la portería adversa, pero tenemos jugadores para sustituirlo", aseguró el técnico Joachim Löw sobre la ausencia de su jugador.

El miércoles se confirmará quién será el 'sustituto', a lo que parecen optar Piotr Trochowski y otro joven, Toni Kroos.

"En nuestro equipo tenemos jugadores capaces de compensar una ausencia y vamos a demostrarlo en nuestro próximo partido", dijo por su parte Miroslav Klose, asegurando que el equipo tenía muchos recursos para suplir una baja, por importante que ésta fuera.

Müller ha vivido en los últimos meses una progresión espectacular, desde su salto al primer equipo del Bayern, su gran temporada 2009-2010 y su debut con la 'Mannschaft', en un amistoso que su equipo perdió en Múnich el 3 de marzo ante la Argentina de Diego Maradona (1-0), víctima mundialista en Sudáfrica.

"No pienso demasiado lo que me ha pasado desde hace un año. Se me repite demasiado, pero todo lo que tengo que decir es que siempre planté bien cara a los nuevos desafíos", dijo recientemente en la concentración del equipo en Erasmia, a medio camino entre la insolencia y la inocencia.

Su espontaneidad ha quedado más que acreditada y ha roto varias veces el 'protocolo' típicamente germano, mandando saludos por televisión a sus abuelos y charlando con la canciller Angela Merkel sin dejar el vaso de cerveza.

A la espalda luce un simbólico número 13, que en el combinado germano lució el mítico Gerd Müller y un ídolo más cercano en el tiempo, Michael Ballack, ausente en esta Copa del Mundo al lesionarse con el Chelsea en la final de la Copa de Inglaterra, a mediados de mayo.

"Si Michael dijera ahora 'El equipo es suficientemente fuerte sin mí, me voy definitivamente de la selección para centrarme en el Bayer Leverkusen', demostraría que es un gran caballero", señaló Lothar Matthäus, Balón de Oro en 1990, al diario Bild.

El nuevo capitán, Philipp Lahm, abrió la caja de los truenos antes de la semifinal al señalar que no tiene intención de ceder el brazalete de capitán una vez termine el torneo.

Un pulso interno que no parece afectar a Müller, que seguirá desde fuera el duelo con los españoles, con un único sueño: que el equipo pase y estar en la final del domingo en el Soccer City de Johannesburgo.