El agua de una piscina bien tratada mata cualquier virus, incluido el SARS Co-V, el cual produce la enfermedad de covid-19. Ese es uno de los principales argumentos de los Centros Acuáticos de Enseñanza (CAE) para pedir al Ministerio de Salud la reapertura de las academias.
Desde el 11 de julio y hasta el 31 de ese mes, estos sitios no tienen permiso para abrir, debido al aumento de casos de coronavirus en el país.
La misma situación viven los gimnasios, salones de belleza, entre otros negocios, que también han manifestado su disconformidad con estas restricciones.
Antes de esta clausura, las piscinas estaban funcionando desde mayo, luego de aprobarse el protocolo de salud. Desde entonces no se han reportado faltas a este, y eso también lo destacan los CAE en su solicitud de reabrir.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), una concentración residual de cloro libre de 0.5 miligramos y una correcta gestión del ph en el agua mata los virus; la normativa nacional exige de 2 a 3 mg de cloro.
Esa característica, aunado al tema de salud física y mental, así como la reactivación de la economía, son los puntos presentados por los CEA en una carta enviada la noche del lunes al ministro de Salud, Daniel Salas.
Se trata de una solicitud formal, con aspectos científicos como el mencionado, recordando que los “espacios de piscinas son ambientes seguros”.
“Los hechos y las estadísticas evidencian nuestro compromiso absoluto con la normativa sanitaria; los protocolos implementados por los CAE –diseñados desde abril pasado, con la colaboración de especialistas y organizaciones expertas en el tema-, han mostrado ser 100% efectivos pues no reportan, hasta el día de hoy, un solo incidente de contagio relacionado con la pandemia. Por el contrario –como lo demuestran algunos estudios con bases científicas- constituyen uno de los entornos más seguros para la práctica del deporte y la actividad física, en la coyuntura actual”, dice la carta.
Kurt Niehus, propietario de la academia del mismo nombre, hizo énfasis en los beneficios obtenidos por quienes nadan, sobre todo en un momento en el que el estrés puede provocar problemas psicólogos y la disciplina se convierte en un escape.
Además, se cuestionó por qué si se permite el funcionamiento de piscinas de hoteles, no lo hacen también en academias, donde tienen un control estricto como lo exige el protocolo, exclusivas para clases, no como balnearios para socializar.
“Está todo muy regulado, estructurado para que se mantenga el aseo, distanciamiento. Anteriormente lo implementamos y lo logramos. Adicional a eso, se esperaría que la economía abriera, porque estamos viendo la otra parte de la moneda. Por ejemplo, en mi caso tengo a mis trabajadores con contratos suspendidos; es decir, ya hay otra preocupación adicional a la salud”, contó el reconocido exnadador profesional.
De acuerdo a datos aportados en la misiva, entre asociaciones y empresas privadas, se generan aproximadamente 1.000 empleos directos y otros 1.000 indirectos, asimismo se benefician más de 10.000 clientes.
Finalmente, ven a su favor la posibilidad de hacer trazabilidad con los usuarios que llegan a sus instalaciones, al tener los datos, la hora de llegada, salida, el tiempo de la clase y el instructor a cargo.