2010: un año lleno de dudas y pesadillas para Tiger Woods

Por primera vez en 15 años, el deportista no ganó ni un torneo del circuito de la PGA

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Con las manos vacías y con su imagen dañada tras un escándalo sexual acuestas, Tiger Woods vivió el 2010 en una horrible pesadilla, de la que años atrás parecía imposible que sucediera, ya que el jugador vivía en un cuento de hadas rodeado de fama, cuentas millonarias gracias a sus patrocinadores y un nivel excepcional en el golf.

Sin embargo, en noviembre del 2009, Tiger jamás imaginó que un accidente de tránsito se encargaría de traerse al suelo cerca de 15 años de carrera. Aquél incidente fue impulsado por una disputa sentimental con su esposa Elin Nordegren, la cuál dio a conocer las más que repetidas infidelidades del golfista.

Woods cerró ese año con el anuncio de un retiro indefinido del golf para dedicarse completamente a su familia y a principios de año se internó por 43 días en una clínica para controlar su adicción al sexo.

Pero lejos de acabar, los escándalos continuaron durante todo este año, por lo que vio cómo algunos de sus patrocinadores se alejaban entre ellos, marcas como  Accenture, Gillette, Gatorade o AT & T, lo que le iba a suponer pérdidas de casi 35 millones de dólares.

Además, su técnico de toda la vida Hank Haney lo abandonó al conocerse los escándalos sexuales de El Tigre los cuales manifestaban que se acostó con 120 mujeres durante su matrimonio de cinco años con Elin Nordegren.

En febrero pasado, Tiger aceptó sus problemas en una polémica conferencia de prensa donde invitó a los periodistas a respetar la privacidad de la situación y no molestar a su familia. Además, el deportista anunció que volvería al golf en el Máster de Augusta, torneo que había ganado en cuatro ocasiones.

Sin embargo, a su regreso de 144 días de ausencia Tiger, entre burlas y aplausos, apenas se ubicó en el cuarto lugar, pero para él estar entre las primeras posiciones significó mucho debido a su largo tiempo sin competencia.

Un mes después se dio su sorpresiva eliminación en la primera ronda del Abierto de Charlotte; mientras que en junio, Woods apenas se ubicó en la cuarta posición del Abierto de los Estados Unidos disputado en Pebble Beach, California. El torneo lo ganó el norirlandés Graeme McDowell.

También en agosto salió a la luz pública su divorcio, uno de los más controversiales de los últimos años, donde el atleta tuvo que pagar cerca de ¢50.470 millones.

Tiger Woods lució finalmente como el mejor golfista del mundo en los primeros días del torneo de The Barclays, sin embargo, luego de ir liderando se vino a pique hasta el décimo cuarto lugar , para luego terminar en la posición 28, algo insólito para el reconocido atleta.

Tiger tampoco logró salir de su declive en la Copa Ryder, en donde sólo desempeñó un papel secundario en el equipo estadounidense que al final terminó cediendo la victoria ante el equipo europeo.

Para redondear su horrible año, a Tiger se le escapó en noviembre, el título de número uno del golf tras más de cinco años de reinado , desde el 12 de junio de 2005 y más de 281 semanas consecutivas.

El puesto se lo robó el inglés Lee Westwood.

A inicios de este mes, Tiger tuvo la oportunidad de recuperar nuevamente el cetro de número uno del planeta, sin embargo, pese a un buen arranque y una ventaja de cuatro golpes, al final no pudo conseguir el trofeo del torneo benéfico organizado por su fundación en el Chevron World Challenge

Al perder el último título en disputa del año, el estadounidense por primera vez desde el inicio de su carrera en 1997, no logró ganar ningún torneo en el circuito de la PGA.

El comienzo de un año nuevo, para muchos es el inicio de una nueva oportunidad de volver a hacer su vida y porque no hasta para pasar de página y dejarla en el olvido.

Para Tiger Woods lo de “año nuevo, vida nueva” será algo que por obligación deberá aplicar.