La velocidad en el CTCC enloqueció a grandes y pequeños

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La segunda fecha del CTCC volvió a demostrar que la velocidad de los automóviles es para aficionados de todas las edades.

Esto quedó en evidencia después de las clasificaciones, cuando los pilotos firmaron autógrafos a los aficionados.

Desde niños hasta adultos, muchos se acercaron para dejarse un recuerdo de quienes se llenan de adrenalina.

Un ejemplo de ello fue la familia integrada por Eduardo Arce, Viviana Arguedas y su pequeño hijo Santiago. Los tres se declararon fans.

“Siempre hemos sido apasionados de los motores. También asistimos a la primera fecha y nos gustó” dijo Arguedas.

Caso diferente fue el de Glen Hernández, de 16 años, quien asistió por primera ocasión al Circuito Sur, en Parque Viva.

Él se llevó una grata impresión, sobre todo al compartir con los pilotos.

“Me gustan mucho los carros y me pareció genial la cercanía con los pilotos”, comentó.

Verónica Fernández asistió con su hijo Juan Pablo, quien llevaba los pósters de sus conductores favoritos.

“Me parece una actividad muy bonita, que integra a la familia. Ha estado muy organizada. A él le ha gustado mucho la actividad porque le encantan los carros”, aseguró Fernández.

Las filas para obtener la firma de los pilotos se mantuvieron por un buen rato, aunque fue Toyota, con Andrés y José Andrés Montalto, padre e hijo, la que más acaparó la atención.

“Es bonito ver que la fila de la escudería Toyota era la más larga; es una motivación extra”, aseguró José Andrés.

La pasión por la velocidad se transmite de generación en generación, no solo lo demuestran los Montalto, también lo hacen los aficionados.

Luis Villegas asistió con toda su familia y el amor que tiene por este deporte se lo pasa a sus hijos Juan Gabriel y Mauro, quien dijo ser un fiebre.

“Ha sido muy bonito todo, mi papá me ha pasado esta afición desde que estaba más pequeño” afirmó el niño de 11 años.

Luis Villegas (centro) posa con su familia durante la firma del autógrafos en el Parque Viva.