Leilani busca su consagración

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“No recuerdo bien exactamente cuando fue que inicié en esto del surf, solo recuerdo que al año y medio ya montaba la tabla en el mar con mi papá”.

Esa frase resume la pasión que tiene por el deporte de las olas la surfista costarricense Leilani McGonagle.

Su padre de nacionalidad inglesa, Sean, y su madre estadounidense, Jamie Cara, le inculcaron el surf en sus venas.

Playa Pavones, en el Pacífico Sur ha sido su hogar desde su nacimiento, y sus olas para perfectas izquierdas forjaron el carácter de Leilani.

Ya de por sí su apellido era sinónimo de éxito, gracias a la buena actuación de su hermano Noe Mar, quien destacó desde muy joven en la Selección Nacional.

La pequeña Leilani estaba segura de querer escribir su propia historia, y qué mejor oportunidad que en un Mundial.

Fue en el 2011, cuando entró “por la ventana” a la delegación costarricense que le haría frente al mundial Open en Panamá, tras una lesión que dejó fuera a la limonense Nataly Bernold.

En esa ocasión Leilani fue la tica que más avanzó con tan solo 11, y se ganó la admiración de las mejores surfistas del planeta.

Desde entonces destaca en el Circuito Nacional, y dejó de ser un objetivo figurar en las categorías Junior y Open. Ahora es una obligación, siempre es favorita.

“Estoy trabajando muy duro para ver si puedo ser campeona nacional Open. Hay mucha competencia, Definitivamente es un honor competir con Lisbeth (Vindas).

“Pelear el título con ella es algo que quizás pueda pasara una sola vez en la vida”, comentó Leilani.

“Ella (Lisbeth Vindas) es para mí como una segunda mamá, siempre me está dando consejos y en los mundiales es una buena compañera. Ahorita es competidora en el circuito, pero me hace feliz tenerla de amiga”, agregó McGonagle.