Keylor Navas entrenó entre bromas y apuestas

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Madrid Son las 11 a. m. La Ciudad Real Madrid en Valdebebas (40 veces más grande que el Santiago Bernabéu) luce imponente. Es un complejo en el que solo los grandes se conocen el camino.

En las instalaciones principales está el primer equipo, preparado para entrenar, ayer, a un día de recibir al Eibar con Keylor Navas como titular (8 a. m.). En el mini estadio hay prensa, al menos 10 cámaras y un balcón adaptado para unos 50 espectadores.

Fernando Hierro conversa con Carlo Ancelloti; ellos son los primeros en salir del camerino junto al resto del cuerpo técnico, incluido el preparador de porteros italiano Villiam Vecchi.

Comienza el desfile: Pepe saluda al público con un “buenos días” en perfecto español, también aparecen Sergio Ramos, Iker Casillas, Álvaro Arbeloa, Marcelo, Nacho, Isco y ahí atrás viene Keylor, justo antes de un solitario Cristiano Ronaldo, quien ayer no anduvo tan fino como siempre.

El tico pone su trabajo en manos de Dios, se persigna, sabe que volverá al arco del Madrid por cuarta vez en la Liga y sabe también que sus compañeros tienen ganas de ponerlo a prueba. Bromea con Karim Benzema, quien busca hacerle un gol sin ángulo.

Tras una corta charla grupal, el tico se separa del plantel y se dirige con Iker y Fernando Pacheco a su zona de calentamiento. El estiramiento implica pases entre los tres porteros y uno que otro lujo de taquito, en especial de Navas.

Pasados 30 minutos, arranca el colectivo. Keylor porta la casaca del cuadro estelar y lanza frases a sus compañeros como: “Solo Pepe, solo”, “lleva Nacho, lleva” o “dale Arbeloa, atrás, atrás”. Se le ve concentrado y activo.

Tras una buena tapada, Chicharito e Isco lo felicitan. “Buena Keylor”, le grita Javier Hernández, uno de sus amigos más cercanos.

Otra atajada a Arbeloa le genera la felicitación de su preparador.

Minutos más tarde, tapa cinco remates en fila, aunque hay que decirlo, Iker también lo hizo muy bien en el otro marco.

Así transcurre la práctica, con un Navas que responde ante los bombardeos y con mucha concentración e intensidad.

Finalizado el “futbolito” y los ejercicios de definición, los jugadores de campo comienzan a abandonar la práctica. Solo se quedan Iker, Keylor y Pacheco. Ancelotti también se retira hacia la zona de prensa, no si antes aplaudir el dinamismo del equipo y ejercer de árbitro durante el pequeño partido.

Hay una última instrucción para los porteros: Vecchi les pide precisión y potencia en los saques de puerta. Si no sacan bien, el castigo será de 10 abdominales.

Además, el italiano demuestra su buena relación con Navas y lo reta a una apuesta de 1.000 euros.

“Si pegas el balón en el poste, te doy 1.000 euros”, le dice.

Keylor lo logra y lo celebra. “Villi, ¡1000 euros eh! Los espero”, exclama el costarricense.

Al final, las palabras con Iker e incluso con el resto de sus compañeros son pocas, pero necesarias, la relación parece cordial.

Keylor está más que acoplado al equipo más poderoso del mundo y esta mañana será su turno en el Santiago Bernabéu, donde saldrá como el titular.