SAN FRANCISCO y Missouri . AP Travis Ishikawa conectó un jonrón de tres carreras en la parte baja de la novena entrada para que los Gigantes de San Francisco anclaran en la Serie Mundial, al vencer ayer 6-3 a los Cardenales de San Luis.
Estos Gigantes, que parecen adquirir poderes mágicos en los años pares, se apoderaron de la Serie de Campeonato de la Liga Nacional en el quinto juego, y se medirán en el Clásico de Otoño a los también increíbles Reales de Kansas City.
Será un duelo entre clubes que se colaron a la postemporada con el boleto de comodín. La Serie Mundial comienza el martes por la noche en Kansas City.
El venezolano Pablo Sandoval conectó un sencillo para abrir el noveno episodio ante Michael Wacha, quien cumplió su primera aparición con los Cardenales en la postemporada. Después de un out Brandon Belt recibió un boleto, para que llegara a la caja de bateo Ishikawa, quien puso en órbita un lanzamiento con cuenta de 2-0.
La pelota cayó en el graderío detrás del jardín derecho y los Gigantes aterrizaron en la Serie Mundial, justo como lo hicieron en 2010 y 2012, años en que ganaron .
El festejo no se hizo esperar y provocó la montaña humana tradicional en este deporte.
Aparte de Ishikawa, tuvo un buen juego también Sandoval, que se fue de 4-2, al igual que su compatriota venezolano Gregor Blanco .
El pitcher ganador fue Jeremy Affeldt (1-0), mientras que el perdedor fue Wacha (0-1).
Del otro lado. Sin embargo, las celebraciones no podrán durar mucho, porque del otro lado los espera una ciudad que hoy por hoy está vestida de azul y ya se curó de las viejas y largas penurias deportivas.
Es que el éxito inesperado de los Reales despertó tales sentimientos de orgullo y alegría, como hace mucho tiempo no se percibía en esta ciudad, reconocida por sus carnes.
Es que Veintinueve años después de que Kansas City venciera a los Cardenales de San Luis en la Serie Mundial de 1985, una nueva generación celebra un triunfo en el béisbol por primera vez en su vida.
Inclusive, los artículos alusivos al club se venden actualmente como pan caliente en las tiendas y los bares de la ciudad estuvieron en plena ebullición el miércoles, noche en que los Reales amarraron el título de la Liga Americana ante los Orioles de Baltimore.