“Como dije desde el primer día, el cuerpo no funciona si la mente no funciona. Y nuestro manager es excepcional”, dijo David Ortiz el miércoles, después de que las Medias Rojas conquistaron la Serie Mundial de las Grandes Ligas.
Después de la desastrosa y convulsa campaña del 2012, lo que más querían las Medias Rojas era tranquilidad. Esa paz la encontraron en John Farrell, un un gran manejador del dugout y conocedor de lo que se vive en las tiendas patirrojas.
Apenas concluía la pasada temporada cuando se anunciaba la contratación más valiosa de Boston para el 2013: los Azulejos aceptaron canjear a Farrell.
Así, el entrenador regresó a las Medias Rojas, donde fue coach de picheo por cuatro años.
El nuevo manager supo acomodarse a un equipo grande, donde el ambiente siempre es agresivo y los éxitos son obligación.
Su verbo tranquilo y pensante se acomodó muy bien en un camerino en el que los que llevan las charlas de motivación son otros, como el mismo Ortiz o Jonny Gomes, entre otros tantos líderes de Boston.
Sus decisiones en su primer postemporada fueron algunas controvertidas y otras ganadoras, pero siempre se mostró consciente de que cuando es octubre en las Mayores no hay mañana.
El miércoles, después de conseguir el título, apareció tranquilo para recordar la clave que seguramente repitió cientos de veces a sus pupilos: “El trabajo colectivo”.
Por eso Farrell se convirtió en el tercer piloto en ganarlo todo en su primer año dirigiendo un equipo. Se usó información de AP y AFP.