Aunque todavía no se pusieron los guantes, Hannah Gabriel y Oxandia Castillo ya subieron a un ring para darse sus primeros golpes..., con palabras.
Las dos boxeadoras tuvieron ayer su primer careo oficial antes de la pelea por el título mundial de las 154 libras (peso superwelter) de la Organización Mundial de Boxeo (OMB), que protagonizarán pasado mañana en el estadio Ricardo Saprissa, en San Juan de Tibás.
El escenario fue un cuadrilátero improvisado en la entrada del edificio del ICE, en Sabana Norte, donde las púgiles mostraron sus armas ante la prensa.
Tanto Oxandia como su entrenador –Alcibiades Familia–, aprovecharon la cita para agradecer a los costarricenses, desde el chofer hasta la misma Hannah, el calor demostrado durante este tiempo en Costa Rica
Sin embargo, desde su primera respuesta a la prensa, la retadora dominicana fue directo al cuerpo: “Ella no será un obstáculo para que yo sea campeona mundial”.
“Esto no puede ser solo de mente, tiene que ser de corazón, de espíritu, tiene que ser, como dice mi entrenador, de ‘bolitas’”, respondió la actual campeona mundial.
Azuzadas por los gritos y aplausos de la multitud que se congregó en la entrada del edificio josefino, las púgiles fueron subiendo el tono de sus palabras hasta convertirlas en advertencias.
“Si ella dice que tengo miedo, por mí no hay problema, podemos adelantar la fecha de la pelea, ya estoy lista. Hannah, lo siento, mami; no es una amenaza, es una advertencia, este título me lo llevo”, insistió Castillo.
“ Whatever ! Soñar es gratis, no tengo nada que decirte, te lo voy a decir con estas de aquí que han destruido montones: ningún lo siento, a darle a ver qué es la vara”, replicó Gabriel mostrando sus nudillos.
La nacional reconoció que si bien enfrentó una dura rehabilitación tras la cirugía en su columna, aprendió a ser paciente y a “no entrenar como un animal”, para superar las pruebas poco a poco.
“Por eso es que digo que esta pelea está dedicada a todos ustedes (su público), porque en el momento en que creí que mi carrera se iba a terminar, estuvieron ahí, me enviaron mensajes de ánimo”, afirmó.
Según Manrique Mata, de RPMTV (organizadora de la velada), ayer se habían vendido 2.000 de las 12.000 entradas disponibles. Los precios van de ¢5.100 a ¢65 mil.