San Ramón Desde su casa en San Ramón, el reconocido exportero mundialista Luis Gabelo Conejo, ha vivido con atención la trayectoria del Albacete Balompié, equipo español en el que triunfó a principios de los años 90.
Pasaron 20 años desde que Conejo ascendiera a la Primera División española con aquel conjunto que se llegó a conocer como “El Queso Mecánico”.
Esta temporada, con otro portero tico, Keilor Navas, no hubo tanta suerte y el resultado fue un descenso a Segunda División B, categoría en la que el Albacete no se encontraba desde 1989, un año antes de la llegada de Conejo. El héroe del Mundial Italia 1990 está triste a nivel personal por esta situación.
¿Qué siente ante el descenso del Albacete Balompié?
Ha sido un sufrimiento, yo diría que de dos años, prácticamente. El año pasado estuvimos con una campaña bastante mala y este año yo creía, y tenía la esperanza, sobre todo porque mandamos un jugador de Costa Rica, de que tuviera ese morbo en alguna medida de decir que íbamos a ascender a la Primera División. Lo que sucede es que, por lo que tengo entendido, el Albacete viene arrastrando desde años atrás problemas económicos y eso hace que no pueda tener una mejor plantilla de jugadores. Y que tal vez el haber tenido tanto cambio de entrenador ha afectado mucho. En lo personal estoy triste, porque es un club al cual le tengo muchísimo cariño, es una ciudad con la que me identifico muy bien y uno desea que esté en lo más alto posible.
¿De qué forma ha seguido desde aquí a su exequipo?
Mantengo prácticamente todas las semanas contacto tanto con Keilor como con Ricardo Cabañas, su representante. También tengo muchos amigos y excompañeros. Y, lógicamente por Internet, lo estoy mirando constantemente. Hoy en día los medios de comunicación son diferentes a los de hace 20 años y es muy fácil enterarse de lo que pasa en España a cada momento.
¿Qué recuerdos tiene de aquella época en Albacete?
Fue algo importante para mí irme para allá. Hay un dato interesante y es que cuando fuí allá lo hice totalmente engañado por un representante de futbolistas, el cual no quiero ni nombrar, que me pintó una cosa muy distinta a lo realmente era Albacete. Me pintó un equipo que era como un filial del Real Madrid, que iba a estar un año y que seguro al año siguiente salía de él para ir a un equipo más grande. Hicimos una campaña extraordinariamente buena, se consiguió el ascenso. Luego vino la etapa de la Primera División, que fue muy bonita. La ciudad se volcó y todo iba hacia delante. Se trabajaba con mucha alegría, teníamos un grupo lindo de profesionales, con mucha química y se logró algo importante que hoy en día todavía se recuerda.
¿Volvería alguna vez al club?
Me encantaría regresar a España. Y por las condiciones y las infraestructuras que hay en el fútbol español, me gustaría desarrollar un trabajo como el que hago acá, que son procesos de 5 años en el desarrollo y formación de los muchachos porteros. De hecho, el presidente del Albacete me propuso el año pasado que me fuera a trabajar allá, lo que sucede es que ellos ya tienen preparadores de porteros. A mí me encantaría ir, pero no si por mi causa uno de esos muchachos tiene que perder su puesto. Lo que sucede también es que cuando uno tiene hijos en universidad, es más dificil trasladarse. El costo de vida en España es muy muy alto y financieramente no me servía. Era un buen dinero si lo trasladamos a Costa Rica, pero en España no suponía una cantidad interesante.
¿Qué desea para el Albacete?
Mi mayor deseo sería que haga una gran campaña y que ascienda. Que Keilor tenga muy buena temporada allá donde vaya, que sé que la va a tener. Y que Mauricio (Vargas) se consolide, porque sea como sea, el que haya un tico ahí, nos va identificar a todos con el club.