Wílmer López y Rolando Fonseca reviven el clásico del nocaut entre Alajuelense y Saprissa

Ellos cuentan una anécdota que hoy les da risa, pero que en su momento acarreó un castigo para uno de los dos. Además, dan sus predicciones para el clásico de este sábado en el Morera Soto

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Un reencuentro entre Wílmer López y Rolando Fonseca mostró a dos amigos que se aprecian tanto que nadie pensaría que tenían tiempo de no verse. Por casualidad se dio en el preámbulo del clásico 333 del fútbol costarricense entre Alajuelense y Saprissa.

El Pato llegó a la academia de Fonseca, en una visita sorpresiva, pero que estuvo llena de camaradería entre dos exjugadores que al verse frente a frente era imposible que no revivieran anécdotas.

Todo se dio porque Didi Food fichó al Pato durante un día para repartir whoppers, en vista de que Burger King ya está disponible en la plataforma de pedidos y entrega de alimentos. Y López le dio dos paquetes.

“Como era en los clásicos, asistiéndome, no le digo... No sabían que venía con esta gran sorpresa previo al clásico y casualmente me llegó con dos temas de alimentación y eso fue lo que me asistió en el primer partido que jugué contra Saprissa yo en un clásico”, expresó Fonseca a La Nación.

Sus palabras hacían alusión al clásico del 24 de febrero de 2002 en Tibás, donde la Liga se dejó la victoria de visita por 2 a 1.

“Fue en el partido aquel de Jorge Luis Pinto en el Saprissa, la primera vez que yo regresaba al Ricardo Saprissa, Wílmer es el que me asiste”, reiteró.

López estaba contento al ver a Fonseca con su academia y no dejaba de desearle éxitos en esa aventura. Además, mencionó que le venían a la mente muchos recuerdos de momentos vividos, tanto en Selección como en Alajuelense. Inclusive, cuando jugaron en contra.

El Pato lo asistía, pero afirma que los méritos totales son de ese goleador histórico, a quien cataloga como un fuera de serie y uno de los jugadores privilegiados que ha tenido este país por su calidad, su capacidad y sus condiciones.

“Rolando es uno de los mejores delanteros que ha dado este país, de los delanteros más completos y uno tuvo la suerte y la dicha de jugar a la par de él y de ponerle por ahí uno u otro pase a gol, pero yo creo que pasa más por la capacidad y las condiciones que él tenía que por lo que hiciera yo”, citó el ídolo liguista.

Al consultársele al Pato por alguna anécdota de ambos en clásicos, trajo a colación la historia del ‘nocaut’, un golpe del que cada uno tiene su propia versión y que hoy detona la explosión de risas, aunque ninguno da el brazo a torcer.

“Hay una que tal vez no es de las más agradables porque estábamos jugando en contra, él con Saprissa y yo con la Liga y en un tiro libre a favor de ellos yo lo estaba marcando. Él dice que yo lo estaba jodiendo y me pegó un puñetazo en la barbilla y casi me noquea”, mencionó López.

Contó que tuvieron que sacarlo en camilla, porque lo rompió y la herida era grande.

“Me hizo un hueco de lado a lado, al punto de que me tuvieron que coser tanto por fuera como por dentro. Y lo que son las vueltas de la vida, porque yo creo que en menos de un año fuimos compañeros en Liga Deportiva Alajuelense, pero lo que pasa en la cancha se queda en la cancha. Ahí murió”.

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Según López, después quedó como una anécdota, como una vivencia de lo que sufrieron, vivieron y compitieron, cada uno defendiendo los colores que llevaban puestos.

“Ahora es una situación de que cuando se cuenta y se habla, se goza. Eran esos clásicos que se vivían de otra forma muy diferente a la actual, donde la gente desde la calle disfrutaba el clásico más que como se vive ahora y no solo el jugador, sino la afición, por eso es que para mí los clásicos de antes eran más vibrantes que en la actualidad”, indicó López.

Fonseca admite que esa es la peor anécdota que tiene con Wílmer, a quien define como un jugadorazo. Él cuenta que al Pato lo mandaban a pellizcarlo y a pegarle.

“Se lo juro por Dios. Yo le dije: ‘Vea, una vez más que me pellizque le voy a pegar’. Y se lo juro que pensó que no lo iba a hacer. Me pellizcó la cara y me quedé tranquilo, no le dije nada. Venía corriendo y me lo sopapeo”, narró Fonseca.

Entre risas, dice que lo mandó a comer solo sopa durante 15 días, porque le rompió la boca.

“Le pegué un puñetazo y nadie me vio. Me expulsaron 15 días después, me metieron tres partidos. Tuve que ir a visitarlo porque comía solo por medio de pajilla, viera qué duro. Al final me fui a disculpar con él”.

Fonseca aún no se cree la explicación de cómo es que le llegaron a poner esa sanción.

“Me metieron tres partidos, en aquella época no había video, fue supuestamente un visor en el estadio. Eso no lo creo yo. Eso fue Wílmer contándole a Aquiles Mata (ríe...)”.

Predicciones. Esa historia del golpe de Fonseca al Pato fue en el clásico 229 del fútbol tico. Después de eso se han registrado otros 103 duelos entre rojinegros y morados, por campeonato nacional.

Y este sábado, a partir de las 7 p. m., habrá un nuevo careo entre archirrivales, entre esos dos equipos que engloban las aficiones más numerosas del país.

“Los dos equipos llegan en un buen momento, llegan en buena posición, disputando estar entre los cuatro, en los primeros lugares, con jugadores en muy buen momento y está dado para que sea un partido agradable, abierto, de muy buena dinámica, porque los dos equipos tienen jugadores con capacidad y calidad para demostrar y dar una buena dinámica de juego”, vaticinó Wílmer López.

Además, aseguró que él espera que en la cancha tanto Alajuelense como Saprissa “demuestren lo que todos queremos, buen fútbol, buen juego y que los aficionados disfrutemos de un clásico agradable”.

Rolando Fonseca es más directo en sus apreciaciones, al afirmar que el partido del sábado será un clásico que dejará herencia y de forma detallada explicó qué quiere decir con eso, pues está convencido de que el resultado para Saprissa o para Alajuelense va a ser determinante.

“Si la Liga gana le dice a Saprissa chao, ya no puede pelear por el liderato ni por el segundo lugar. Si Saprissa gana le mete presión a la Liga diciéndole te puedo alcanzar y no te podés relajar”, apuntó Fonseca.

También dijo que una victoria en el Morera sería para los morados un envión anímico por lo que van a enfrentar en Guatemala y de lo contrario, dispararía las dudas.

“Por eso le digo que los clásicos dejan herencia, o te minimizan, porque los últimos clásicos han echado técnicos. Para Albert Rudé pasa por una situación de consolidar su idea y de hacerlo bien, a las puertas de lo que serán la semifinal y la final”.

López y Fonseca coinciden en que las expectativas para este clásico son altas y que quienes empiezan ganando son los aficionados, porque estos partidos son para disfrutarlos, en vista de que son dos equipos que llegan urgidos de ganar.

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