Wílmer López vivió dos días mágicos con Bryan Ruiz y el tetracampeonato de las leonas

“Me ha dolido todo el cuerpo”, aseguró Wílmer López, en alusión a cómo se siente después de los minutos que jugó en el partido de despedida de Bryan Ruiz y la celebración con las leonas

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Wílmer López hoy siente la resaca de un fin de semana inolvidable para él y para Liga Deportiva Alajuelense.

El Pato volvió a tocar el balón en el Estadio Alejandro Morera Soto, en la despedida de Bryan Ruiz.

Unas horas después, el ídolo liguista estaba guiando a las leonas en una final muy reñida contra Sporting, pero en la que las rojinegras se coronaron tetracampeonas nacionales.

“El sábado fue una tarde noche lindísima, revivir cosas de un pasado, compartir con jugadores actuales. En el caso de Bryan que tuve la oportunidad y la dicha de jugar con él en sus inicios, que él me hiciera parte de esa despedida, de ese homenaje que se le hizo para mí es un halago, una gran satisfacción y el agradecimiento eterno a Bryan por hacerme parte de esa tarde - noche inimaginable“, expresó Wílmer López.

Hizo lo que antes no podía, primero por sus problemas en la cadera y tras la cirugía que se le practicó hace unos años, el sábado fue la primera vez que volvió a la cancha.

“No hubo que pedir permiso nada (ríe...). Como yo sabía que era poquito tiempo entonces lo que se fuera a sentir, las repercusiones después, que me ha dolido todo el cuerpo, yo creo que valía la pena para ser parte de esa celebración, de esa despedida que se le hacía a Bryan”.

El Pato asegura que fue un momento mágico para él entrar a la cancha de la mano de Bryan Ruiz.

“Agradecerles a los jugadores actuales de Liga Deportiva Alajuelense, la confianza que me tuvieron dentro del terreno de juego, porque me dieron bola, me dieron pases. A pesar de que uno no tiene la movilidad de antes, el estado físico de antes, cada vez que lo veían a uno solo se la daban”.

Pero aunque él trata de ser modesto en sus palabras, lo cierto del caso es que el Pato dio cátedra cada vez que tocó balón, con esos trazos limpios y finos, de primera intención y bien orientados.

“Y lo de uno, lo de siempre, no hacer cosas que no son, no sostener la bola. Lo mío siempre era jugar a uno o dos toques y yo creo que así lo hice, no tenía que demostrar ni querer robarse uno el show. Era hacerlo simple, lo sencillo y lo que siempre me caracterizó”.

Wílmer López recalca que para él fue un gusto acompañar a ese ahora exfutbolista que tanto admira. Y que igual de emocionante fue lo que vino luego y que terminó con la afición invadiendo la cancha en el Estadio Ernesto Rohrmoser y alzándolo, en pleno festejo por el tetracampeonato de las leonas.

“24 horas después jugamos la final, ya en donde uno es partícipe, en donde uno es protagonista, con decisiones fuera de la cancha, porque adentro no puede hacerlo. Adentro son ellas y ellas son las que tienen los méritos“, citó el Pato.

Argumentó que fue un buen partido, una final apretada, con muchas emociones y con goles, que es lo que le gusta a la gente.

”Justamente salimos campeonas. Felicitar a Sporting por este torneo que hizo, muy bien, por eso llegó hasta la final, pero hay que resaltar a mis jugadoras, porque a pesar del marcador, que fue en contra, no bajaron los brazos“, relató.

Y agregó: “Seguimos, seguimos y buscamos y creamos y tuvimos bastantes opciones de gol, jugando de pie a pie, pero se desaprovecharon y al final tuvimos un muy buen premio en esa jugada tanto de Natalia Mills como de Mia Corbin”.