(Video) La insospechada comunicación constante entre los presidentes de Alajuelense y Saprissa

Fernando Ocampo y Juan Carlos Rojas son rivales en la cancha, pero el mismo fútbol los unió y se consideran amigos. ¿Cómo es esa relación? Ellos mismos lo cuentan en una charla con ‘La Nación’

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Ambos defienden sus colores y son los responsables directos de lo que ocurre en el equipo de sus amores. Fernando Ocampo y Juan Carlos Rojas son rivales en la cancha, pero el mismo fútbol los unió y se consideran amigos.

Contrario a lo que algunos piensan, tienen varias cosas en común. Sus puestos en la sillas presidenciales de Liga Deportiva Alajuelense y el Deportivo Saprissa provoca que se mantengan en una insospechada comunicación constante.

A los dos les interesa que el fútbol nacional marche por buen camino y, desde esa perspectiva, los dos piensan que la unión hace la fuerza. Algunas veces no comparten ideas, en otras ocasiones tienen el mismo criterio.

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Ellos están a cargo de los dos clubes que mueven más aficionados en el país y eso es justo lo que los lleva a tener una relación cordial.

“Hablamos continuamente. La verdad es que como jerarcas de las dos instituciones más grandes del fútbol nacional tenemos por distintas razones que estar en continua comunicación, conversamos mucho, chateamos mucho y estamos empujando diferentes proyectos que queremos para el fútbol nacional”, mencionó Ocampo.

Además, dijo: “Obviamente hay una rivalidad entre los dos equipos y los dos entendemos que la esencia de Liga Deportiva Alajuelense y del Deportivo Saprissa de una u otra forma van ligadas a lo largo de la historia”.

Así fue como comenzó esta charla con La Nación en el Estadio Nacional, en la que Ocampo y Rojas estaban sentados a la par, con la gramilla de fondo y entre pregunta y pregunta sonreían, quizás, porque era la primera vez que atendían de esa forma a un medio de comunicación para hablar sobre esa relación entre ellos.

“Tenemos una rivalidad férrea dentro de la cancha. Así ha sido siempre y así va a ser siempre, pero afuera de la cancha hay tantas cosas que hay que hacer en el fútbol de este país, tantas cosas, que no podemos entre nosotros competir afuera de la cancha, porque más bien hay que unirse”, manifestó el presidente morado.

Según Rojas, al dejar de lado el tema de las planillas deportivas y del ámbito de los equipos por sí mismo, “hay muchísimas iniciativas del fútbol, donde tenemos que trabajar juntos y yo creo que los mejores momentos del fútbol nacional es cuando Saprissa, la Liga y los demás equipos estamos unidos para tratar de llevar una misma línea de mejora del fútbol”.

¿Quién es el que busca a quién? ¿Cuál llama al otro? Si de chatear se trata, ¿quién envía el primer mensaje para iniciar conversación?

Los dos respondieron primero con los gestos que delataban entre picardía y sorpresa, ante esas preguntas que no se esperaban los jerarcas de dos bandos antagónicos en el fútbol nacional.

En cuestión de segundos, Ocampo citó: “Él me llama a mí o yo lo llamo a él y rápidamente nos ponemos de acuerdo. Parte del trabajo es defender a muerte los colores por los que estamos, pero también tener esa madurez para llegar a los acuerdos necesarios y tener esa buena relación para el fútbol de Costa Rica”.

Algunas decisiones no resultan tan fáciles de tomar, ¿han tenido diferencias o algún desacuerdo?

“Lo importante primero que todo es que exista mucho respeto entre las partes, entre las personas, entre las directivas y entre las instituciones. Todo parte de ahí. No siempre estamos de acuerdo del todo, ni lo vamos a estar”, indicó Rojas.

Y agregó: “Pero en la medida de que haya una buena relación y respeto, entonces vamos a tratar de acercar las partes en beneficio del fútbol y de la industria, porque como dice Fernando, si la Selección está fuerte, si la Federación está fuerte, si la Unafut está fuerte, la industria crece y nos va a ir mejor a todos, entonces ahí hay mucho que hacer en conjunto fuera de la cancha”.

Los días de clásico. Temporada a temporada, los duelos más esperados son los clásicos. No importa si es en Alajuela, si es en Tibás o en el Nacional.

Todos los jugadores siempre dicen que los clásicos son partidos aparte. Los presidentes de la Liga y la S aseguran lo mismo, porque para ellos, aparte de que sienten lo mismo que la afición, son conscientes de que no solo son tres puntos en juego.

Los pulsos entre manudos y morados encierran una logística mayor, implican una inyección importante de dinero a las arcas del club casa y puede marcar el rumbo del equipo en el torneo, para bien, o para mal, deportivamente hablando. Y cada uno va por lo suyo.

“Es claro que cada vez que entramos a la cancha los dos queremos ganar, generalmente nos saludamos al inicio del partido, al final cada quien se va para su casa porque claramente esa rivalidad está ahí, es parte del sabor y del picante del fútbol nacional”, destacó Ocampo.

Inclusive, la charla resultó tan amena, que el presidente liguista hizo una confesión: “Yo voy a ser honesto, son mis partidos favoritos, los espero con ansias, obviamente como directivo, por todo lo que representan, pero sobre todo como aficionado, porque es un partido especial, en donde la familia se junta, quiere verlo, todos estamos nerviosos por el resultado”.

“Todos queremos salir a ganar y todos sabemos que al día siguiente tenemos una lluvia de WhatsApp por las buenas o por las malas, creo que como decía Juan Carlos, eso lo hace un partido diferente, que yo quisiera que hubiesen más todavía en el torneo nacional, porque sin duda sirven para muchas cosas. Si uno de los equipos que no viene de la mejor manera, el clásico puede significar darse un respiro y salir adelante, o viceversa”, añadió.

Rojas también admite que el clásico es el clásico y que no hay vuelta de hoja.

“Es diferente, por un lado son los mismos tres puntos, pero por otro es un torneo aparte y lo que sucede en un clásico pues puede marcar y marca emocionalmente por un lado a la afición, sin duda alguna, pero por otro lado a los mismos equipos”, citó el presidente tibaseño.

Más que frases trilladas, lo ve como la realidad cada vez que se enfrentan Saprissa y Alajuelense.

“Ya sabemos que indistintamente de cómo lleguen los equipos, es un torneo aparte y eso hace que uno tenga más presión y más tensión alrededor de un partido, porque hay más en juego. Entonces, yo creo que las mariposas en el estómago están más que en otros partidos y eso es lo lindo de un clásico, se paraliza un país y la implicación de ganarlo o de perderlo es mayor”.

La próxima vez que Alajuelense y Saprissa se topen en la cancha será el domingo 7 de julio, a las 11 a. m., en el Estadio Nacional, en el “clásico sin colores”, que tiene un doble propósito: un fogueo de lujo para los dos equipos 15 días antes de que empiece el torneo y tenderle la mano a Erick Marín, quien por tercera ocasión lucha contra el cáncer.