Mientras que la afición en el Estadio Colleya Fonseca, de Guadalupe, vibraba con el segundo gol del Herediano ante el Santos, obra de Víctor Mambo Núñez, antenoche, el artillero tenía sentimientos encontrados.
No celebró su conquista, como es habitual, sino que lentamente se dirigió al banquillo santista, donde abrazó al entrenador Johnny Chaves.
Hace dos meses, Mambo vestía la camiseta de los guapileños, donde fue recibido por Chaves tras su paso irregular por el Real España de Honduras.
“No celebré porque tenía un sentimiento agridulce. Lo que pasa es que cuando llegué al Santos, las cosas no estaban bien, él (Chaves) habló conmigo y la verdad, en estos cuatro meses me enseñó mucho”.
“Fue muy valioso para mí jugar para el Santos de Guápiles; salí enriquecido, aprendí durante el tiempo que estuve allá y por eso estoy muy agradecido con Johnny y el equipo”, comentó el artillero.
Según Núñez, Chaves es un gran entrenador, así como un excelente ser humano.
“Existió buena química entre nosotros. Soy una persona agradecida y no voy olvidar sus enseñanzas. Por eso, sentí la necesidad de regalarle algo mío y qué mejor que la camiseta que defiendo. Sé lo que trabaja, lo que se esfuerza por el equipo y lo que sufre cuando pierde”.
Llegó al corazón. Chaves se mostró sorprendido por el gesto de Núñez e indicó que fue un detalle muy especial.
“Es un gesto muy grande, porque valoró el trabajo que hizo con nosotros y la verdad, eso me llega al corazón”, expresó el estratega santista.
“Que un jugador se sienta agradecido porque uno, como entrenador, pudo aportarle algo en su vida, es invaluable. Agradezco las palabras que dijo el Mambo Núñez sobre mí”, externó Chaves.